Un desayuno completo es fundamental para poder afrontar el día con energía, evitar los bajones de azúcar que a veces nos hace ‘cascabelear’ entre horas.
Un buen desayuno es fundamental para comenzar el día y tener la energía necesaria. ¿Cuántas veces hemos oído sobre la importancia del desayuno? Sin embargo, desayunamos poco o nada porque nos levantamos sin apetito o apurados. Error.
Los especialistas repiten la importancia de no saltarse el desayuno. En primer lugar, no has comido nada en muchas horas, y el cuerpo necesita reponer energía. Parece contradictorio, pero las personas que desayunan bien tienen menos problemas de peso y los que no lo hacen, acarrean problemas de falta de memoria y concentración.
Gracias al desayuno, el cuerpo puede mantenerse fuerte, con mayores niveles de concentración y energía durante toda la mañana. En el caso de los niños, la importancia del desayuno es aún mayor. Su cuerpo y cerebro están en pleno crecimiento, dependen del consumo regular de alimentos. Al no desayunar y pasar un largo periodo de tiempo sin comer, el niño podría sufrir de problemas físicos, intelectuales y de comportamiento.
¿Qué ingerir? Leche o yogur son ideales, algún cereal. Aportan vitaminas, proteínas, carbohidratos y calcio.
Frutas, además la comes con piel te aportan fibra. Ten en cuenta que la fibra incrementa la sensación de saciedad. Cereales o pan integral. Tienen carbohidratos y fibra.
Huevos, carne, por ejemplo jamón, pero no conviene excederse en este ingrediente. Café o infusiones.
Ten en cuenta que el desayuno debe aportar un 25% de la ingesta calórica diaria. Combine los elementos de forma equilibrada, a fin de que el cuerpo absorba vitaminas, fibra, carbohidratos y minerales.
Uno de los problemas en el desayuno son los productos poco saludables, con alto contenido en azúcares simples y grasas de tipo trans. Estos elementos incrementan la inflamación en el organismo, y las probabilidades de enfermar.