La embajadora ucraniana en Estados Unidos, Oskana Markarova, calificó de "genocidio" la invasión rusa de su país y pidió a los aliados occidentales que envíen "más armas" a Ucrania para que los ciudadanos puedan defenderse.
"Tenemos evidencias de que están atacando a civiles, a niños a mujeres preñadas; es claramente un caso de genocidio. La razón de estos crímenes de guerra es asustarnos y someternos para que nos rindamos", declaró en una rueda de prensa junto al arzobispo de la Iglesia ucraniana católica de Filadelfia (Pensilvania), Borys Gudziak.
La embajadora aseguró que los rusos han decidido "exterminar a los ucranianos" tras fracasar en su intento de tomar Kiev en 24 horas, pero aseguró que Ucrania "nunca se rendirá".
En el vigésimo día desde el inicio de la invasión, Markarova agradeció el apoyo de los aliados occidentales, especialmente de Estados Unidos, país que ha destinado mil 200 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania en lo que va de año, pero subrayó que los ucranianos necesitan que les envíen "más armas".
"Necesitamos más herramientas para nuestras Fuerzas Armadas y para todos los ciudadanos para defender nuestros hogares del invasor ruso", dijo.
Markarova solicitó especialmente armamento aéreo para afrontar los bombardeos rusos, si bien no habló de la zona de exclusión aérea que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha pedido a Occidente y que la OTAN ha rechazado.
La embajadora pidió además "toda la ayuda humanitaria que se pueda" para las ciudades rodeadas por el Ejército ruso, así como "más sanciones" contra Rusia, un país que "no puede formar parte de ninguna organización internacional mientras mantenga la agresión", opinó.
"Cada día que pasa es una oportunidad para poner fin a esta guerra, pero tenemos que ser decisivos y recibir más apoyo militar porque estamos siendo atacados por el este, el norte y el sur por un Ejército más grande que el nuestro", advirtió la diplomática.
Por su parte, el arzobispo opinó que Ucrania "está siendo atacada por su deseo de democracia, libertad de prensa y libertad de culto", unos valores que suponen un "virus peligroso" para el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
Gudziak consideró "muy triste" que la Iglesia ortodoxa de Rusia apoye los planes de Putin y reveló que antes de la invasión conversó con el papa Francisco, a quien pidió que hablara con el presidente ruso para disuadirlo.
A pesar de todo, el líder religioso celebró que "nunca antes el mundo había estado tan unido" como lo está en el respaldo de Ucrania.
La guerra en Ucrania ha provocado tres millones de refugiados en 19 días, informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La invasión arrancó el pasado 24 de febrero después de que Moscú reconociera la independencia del Donbás ucraniano y tras semanas de tensión por la presencia de miles de soldados rusos en la frontera con Ucrania. Washington (EFE)