Por Roberto PELÁEZ
Con más de 15 años de experiencia en lo relacionado con la salud mental, la sicóloga Margarita Romano no lo piensa mucho para responder: “esto de la pandemia ha venido a incrementar problemas de ansiedad, de estrés, y afecta aún más a personas que tenían algún diagnóstico.
“A todos nos cuesta adaptarnos, por ejemplo, los niños iban a la escuela, en marzo del año apsado cerraron las escuela, se dio paso a la educación remota, después regresaron, entonces adaptarse no es tan sencillo, lleva tiempo, y cada persona es un ser diferente, cuesta mucho -sin distinción de edad y sexo- asimilar los procesos de cambios... esto del Covid 19 nos sacudió a todos”.
Hija de Juan y Martha de la Fuente, también sicólogos, la entrevistada reconoce que “la salud mental es un tema que me apasiona, me interesa mucho, le he dedicado tiempo de estudio, crecí en un ambiente en que veía a mis padres inmersos en este tema tan importante, vivo orgullosa de ellos, y les agradezco el apoyo que me brindan”, resalta.
“Y por otro lado está la vocación de servicios, apunta, me gusta ayudar, acercarme a la gente con problemas, ver qué puedo hacer por ellas, eso me ha llevado a involucrarme en muchos eventos comunitarios, a vincularme a diferentes organizaciones locales, escuchar criterios y exponer los míos, siempre en busca de soluciones”.
“En estos tiempos vivimos en tensión, explica, en medio de la incertidumbre, primero consideramos que nos podemos enfermar -o volvernos a enfermar-, después el estar en casa, apenas ver a los seres queridos, dejar de hacer las actividades de siempre, el uso de las mascarillas, el distanciamiento social, la efectividad de las vacunas... son asuntos que nos preocupan a todos, son temas que nos reportan dudas en muchas áreas”.
Pero, ¿cómo encara estos tiempos complejos un profesional de esta rama?
“Tengo una hija adolescente, hijos pequeños, mi esposo, mis padres, sostiene, y optamos por pasar tiempo juntos, tiempo de calidad, sin celulares, para platicar, motivar a los pequeños, jugar; a veces un niño prefiere estar en su habitación, comenta que sus padres trabajan, apenas los ve, casi no hablan entre ellos, entonces es conveniente acercarse, preguntarles qué han escuchado, qué aprendieron, enfocarse en lo que piensan; es relevante que se sientan escuchados, que valoramos sus emociones, es más, podemos ser honestos con los menores y compartir con ellos nuestras emociones.
“Hay algo que no se puede olvidar, por favor, los adultos también necesitamos cuidado personal, para estar en condiciones de dar lo mejor por nuestras respectivas familias, sugiero que la gente se tome un tiempo para sí misma, respire y enseñe a los niños a respirar, que tomemos un descanso y platiquemos con la gente, es muy importante reconocer cuando necesitamos ayuda, definitivamente no estamos solos, acudir a un profesional, a una persona de confianza, de manera que podamos ‘abrirnos’, exteriorizar lo que tenemos dentro.
“Podemos contar con la familia, agrega, con un vecino, un amigo, compañeros de trabajo, pertenecemos a una comunidad, urge contar con vías de comunicación”, resalta.