Por Roberto PELÁEZ
Llevado porque la pelota con que se juega es más grande que la de beisbol, las almohadillas están más cerca, e incluso por las diferentes maneras de pitchear, a alguien se le ocurrió llamar al softbol ‘deporte de la bola suave, Craso error.
No hay que buscar mucho para encontrar a personas que afirman al softbol van los beisbolistas retirados, por lo general entrados en años, porque son menos los requerimientos. Tal vez.
El softbol se puede jugar con lanzamientos rápidos o lentos, éste último sobre todo en el denominado ‘softbol recreativo’.
El equipo femenino de softbol de los Estados Unidos es, no lo dude nadie, una especie de Dream Team, su calidad es tal que pierde tres, quizás cuatro partidos por año. La lanzadora zurda Mónica Abbot, quien lanzó un juego perfecto en una cita olímpica, ha realizado envíos al home play a 77 millas por hora.
Que las almohadillas o bases estén más cerca, obliga a los jugadores a la defensa a hacer gala de excelentes reflejos, velocidad de reacción, y claro, buen brazo para sacar outs a los corredores. De ‘suave’ nada. Todas estas exigencias son válidas también para los practicantes del softbol recreativo.
En la ciudad de Las Vegas el plantel dominicano reúne a figuras que dominan el abc de la modalidad -considerada prima hermana del beisbol-, son jugadores que muestras buenas manos a la defensa, y sobre todo, resultan excelentes bateadores, la mayoría de ellos se hace sentir con conexiones o batazos de largas dimensiones.
Contrario a las alineaciones en un desafío de beisbol, en que hay hombres de tacto, rápidos en el corrido de las bases, con tercero, cuarto y quinto para impulsar carreras... en el softbol no es extraño ver nóminas literalmente repletas de bateadores de fuerza. Son los preferidos de la mayoría de los manejadores.
Usted no se deje llevar por comentarios sobre lo ‘suave’ del softbol, argumente que es una modalidad deportiva, con sus exigencias, en la que por lo general se va a imponer el más diestro.