Por Roberto PELÁEZ
La mexicana Leticia Mitchell, quien reside en Las Vegas desde 1964, aprendió desde temprano las lecciones de su mamá.
“Desde que vivimos aquí mamá siempre dijo: ‘todo se puede, no querer es otra cosa’, y eso lo puse en práctica, subraya, somos seis hermanos, orgullos de haber venido a este país, y trabajamos duro para lograr nuestros sueños”, sostiene esta mujer todo entrega.
“Vine pequeña, aprendí el idioma inglés desde cero, comenta, siempre con ánimo de superarme, de proponerme metas y luchar por conseguirlas, además, me gusta ayudar, a través de diversas organizaciones (non profits) le tendí la mano a comunidades de bajos o pocos recursos”.
La entrevistada es de las que opina que la educación-tanto lo que se aprende en casa como en la escuela- es la fórmula para salir adelante “con ella de la mano, sostiene, se puede llegar al éxito más rápido, y de alguna manera más fácil, sin embargo hace falta una dosis considerable de entrega”.
Algunas personas opinan que Las Vegas se limita a hoteles, máquinas de juego, apuestas y entretenimiento, con casi seis décadas en la ‘ciudad que no duerme’, Mitchell le sale al paso a tal planteamiento.
“Aquí, afirma, hay personas de diferentes nacionalidades, y eso incide en la diversidad, hay escuelas de todo tipo, iglesias, grupos comunitarios con muchos deseos de hacer, restaurantes que brindan un servicio de alta calidad, una gastronomía sobresaliente, universidades, y un número creciente de jóvenes deseosos de graduarse, de hacer valer sus conocimientos”, resalta.
“En esta ciudad hay muchos hispanos que sobresalen, se distinguen en ramas como cultura, deportes, gastronomía, liderazgo, literatura, emprendedores... a veces sus resultados van más allá de los límites de la ciudad, del estado”, puntualiza.
De su madre, subraya: “puedo decir con orgullo que nunca vivimos del gobierno, jamás pedimos limosna, y nos la vimos difícil cuando papá falleció en un accidente de automóvil, se imagina, mamá sola, con hijos, sin saber inglés, si hay guerreras, no tengo dudas, ella es una”.
Respecto a las mujeres, Leticia Mitchell lo tiene bien claro y sin pensarlo destaca: “no me he dejado vencer, tengo valores, ganas de trabajar en mi restaurante, no me achico ante los problemas, y si yo puedo, todas pueden”, advierte.
