A la lista de las numerosas consecuencias desagradables que la pandemia de Covid-19 causó para los latinos en Estados Unidos ahora se le debe agregar un nuevo elemento: el aumento de la disparidad educativa entre blancos y latinos, según revela un reporte difundido este martes por el Departamento de Educación Superior de Colorado (CDHE).
El informe, un documento de 50 páginas, compara los logros académicos de 2020 con los años anteriores y concluye que, por la interrupción educativa generada por la pandemia, disminuyó en este estado la equidad educativa; es decir, la posibilidad de que todas las personas tengan acceso igualitario e inclusivo a educación postbachillerato.
El reporte de CDHE revela que en la actualidad el número de latinos con estudios universitarios es aproximadamente 30 % inferior al de los blancos. Como consecuencia, los ingresos de los latinos resultan de de 30 % a 50 % inferiores a los de los blancos, dependiendo del tipo de ocupación y profesión.
La situación se complica aun más para las latinas sin título universitario, cuyos ingresos anuales son hasta 24 mil dólares inferiores a los de un hombre en el mismo trabajo pero con título universitario, e incluso 7 mil dólares inferiores a los de otras mujeres con estudios universitarios completos.
“Estados Unidos se construyó como la tierra de las oportunidades para todos. Aunque eso sigue siendo verdad para algunos, esas oportunidades no están igualmente disponibles para todos”, dice el reporte, destacando que, además de los latinos, los afroamericanos, los nativos y las personas de color también se ven perjudicadas por la creciente disparidad educativa.
Para revertir la situación, es necesario “un plan de acción que incluya estrategias prácticas de mejoras, como actividades constantes que promuevan la inscripción, persistencia y compleción de estudios”, puntualiza el documento.
Esta disparidad ya había sido notada recientemente en otros estados. En Texas, por ejemplo, sólo 20 % de los hispanos continuaron con estudios superiores en 2020, posiblemente la cifra más baja del país, según un informe de finales de febrero pasado difundido por la organización no lucrativa The Education Trust.
En Minnesota, la legislatura local presentó este mes dos proyectos de ley para reducir la disparidad educativa en este estado, que se ubica en el último puesto a nivel nacional en cuanto a brecha académica entre blancos y estudiantes de minorías, dice el Boletín de Calificaciones de Minnesota, publicado a principios de este mes, que califica la situación de “injusticia sistémica”.
Y en Massachusetts, la Coalición de Boston de Equidad Educativa, en nombre de “un grupo racialmente diverso de estudiantes, familias y educadores”, incluyendo la Red Latina de Boston, presentó recientemente una demanda judicial contra las escuelas locales por no ofrecer “educación de calidad en todos los vecindarios” y mantener una situación de “desigualdad de recursos y oportunidades”.
En respuesta al reporte del CDHE, el Consejo Asesor de Padres Latinos de Boulder, Colorado, afirmó que la disparidad académica sucede porque las autoridades educativas “aún ven a los latinos como culturalmente retrasados e ignorantes” debido al “racismo estructural” que sigue afectando al país.
Por su parte, la organización comunitaria Viante, de Nuevo México, dio este lunes otra explicación sobre el problema: la falta de acceso a un servicio confiable de internet, una desventaja que se agrava entre estudiantes de bajos recursos o de zonas rurales, y, de hecho, del 20 % al 41 % de los alumnos, según el estado.
“Los estudiantes sin internet quedan excluidos del sistema de educación pública. Para ellos, la educación a distancia y las tareas en líneas son casi imposibles. Esos estudiantes sufren daños irreparables”, sostiene el documento de Viante. Denver (EFE)