El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó claro que apuesta por pasar página a la pandemia cuando quedan pocos días para las elecciones de noviembre, al alegar que los estadounidenses están "cansados" de la crisis y desacreditar como "idiotas" a los expertos de salud del país.
En una llamada telefónica con su equipo de campaña y después en un mitin en el estado clave de Arizona, Trump insistió en que los ciudadanos no quieren hablar más de la COVID-19, a pesar de que Estados Unidos está registrando un nuevo auge de contagios y hospitalizaciones, con una media de 56 mil nuevos casos al día.
"La gente está cansada de la COVID. La gente está cansada de escuchar a Fauci y a todos estos idiotas", dijo Trump a su equipo de campaña, en referencia al principal epidemiólogo del país, Anthony Fauci, y al resto de expertos sanitarios estadounidenses.
ATAQUES AL PRINCIPAL EPIDEMIÓLOGO DE EE.UU.
Trump reaccionaba así a una entrevista emitida por la cadena CBS, en la que Fauci dijo que no le había sorprendido "en absoluto" que el líder se contagiara de la COVID-19, y que el mandatario "a veces equipara el llevar una mascarilla con una debilidad".
El presidente coqueteó con la idea de despedir a Fauci y dijo que sería un "bombazo", pero después admitió que sería demasiado polémico, ya que el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU. (NIAID) es toda una institución no partidista, que ha asesorado a seis mandatarios.
En el primero de dos mítines en el estado clave de Arizona, Trump se burló incluso de su rival en las elecciones del 3 de noviembre, el demócrata Joe Biden, al asegurar: "Él quiere escuchar al doctor Fauci".
Biden respondió en un tuit con un sencillo "sí", y arremetió en un comunicado contra Trump por atacar a Fauci.
"Señor presidente, usted tiene razón en algo: el pueblo estadounidense está cansado. Está cansados de sus mentiras sobre este virus (...), de que usted se niegue a tomarse en serio esta pandemia", subrayó el exvicepresidente.
TRUMP PIDE NO HABLAR DE LA PANDEMIA EN EL DEBATE
La gestión de la crisis de la COVID-19 es el gran talón de Aquiles de la campaña de Trump, y el mandatario quiere que se deje de hablar de ello: este lunes tachó de "bastardos repugnantes" a los responsables de la cadena CNN por seguir informando sobre una enfermedad que ha matado a más de 220 mil estadounidenses.
El interés de la campaña de Trump por desviar la atención de la pandemia que hace un par de semanas afectó al propio presidente es tal que se quejaron por la perspectiva de que ese tema forme parte del debate que este jueves enfrentará a Trump y Biden en Nashville (Tennessee).
"Esperábamos que la política exterior sería el tema del debate del día 22. Les urgimos a evaluar de nuevo los temas" previstos, dijo el jefe de la campaña de Trump, Bill Stepien, en una carta enviada a la independiente Comisión de Debates Presidenciales (CPD).
Stepien se quejaba así por la decisión de la moderadora del debate del jueves, la periodista Kristen Welker, de no centrar solo el intercambio en temas de política exterior, sino incluir también preguntas sobre la COVID-19 y el cambio climático, asuntos más espinosos para Trump.
LA CAMPAÑA DE TRUMP VE UNA CONTIENDA "AJUSTADA"
No obstante, y aunque Biden mantiene su ventaja de unos 10 puntos en las encuestas a nivel nacional, Trump y su campaña aseguraron este lunes que están seguros de que acabarán por imponerse en las elecciones contra todo pronóstico, como hicieron en 2016.
"Nunca ha habido un momento, en ninguna de mis dos campañas, en el que haya sentido que teníamos más opciones de ganar que ahora mismo", tuiteó el presidente.
En una rueda de prensa telefónica, Stepien admitió que la contienda está "ajustada", pero pronosticó que Trump ganará los estados clave de Florida y Nevada, y anunció una inversión de 55 millones de dólares en anuncios televisivos en esos dos territorios y en Arizona, Iowa, Michigan, Wisconsin, Pennsylvania, Carolina del Norte y Georgia. Washington (EFE)