La mayoría de los estudiantes latinos en escuelas secundarias de Texas y Rhonde Island teme los arrestos y la deportación y más de la mitad de ellos da cuenta de síntomas como la ansiedad, la depresión o el trastorno de estrés post traumático, según un informe difundido este martes por el Instituto de Política Migratoria (MPI).
“Al mismo tiempo, estos estudiantes vienen de familias acostumbradas a vivir con miedo, con lazos fuertes y recursos espirituales que les permiten lidiar con la adversidad”, dijo a Efe Randy Capps, uno de los autores de la investigación.
“La mayoría de los estudiantes latinos vive con temor”, agregó. “Conocen a alguien que ha sido deportado o puede ser deportado, y eso contribuye a los problemas de salud mental”.
Capps señaló que ya antes de la pandemia de COVID-19, que ha afectado de manera desproporcionada a los latinos y afroamericanos, muchos de estos alumnos “vivían en barrios peligrosos donde hay actividad de pandillas. Ahora están más limitados porque no pueden salir a la calle, no pueden reunirse en grupos, pero este aislamiento no es nuevo para ellos.
“Lo que sí ha cambiado es que las escuelas que visitamos eran, un poco, como un refugio, un sitio seguro para estos jóvenes, una burbuja donde hay otros estudiantes que hablan, que se ven como ellos”, añadió. “En la escuela se sentían cómodos y allí había adultos que dan apoyo, maestros y consejeros”.
“Ahora no pueden ir a la escuela y la situación será más difícil para ellos”, continuó Capps. “La pandemia ha hecho mucho, mucho más difícil la provisión de servicios de salud mental, que ya eran limitados. La disponibilidad de estos recursos es limitada, y sus familias no pueden pagar por ellos”.
No obstante estos factores adversos, Capps expresó optimismo acerca de la capacidad de los estudiantes latinos para sobrellevar estas circunstancias porque “éstas representan para ellos menos un cambio que para la población en general”.
“Cuentan con firmes lazos familiares y recursos espirituales para enfrentar los tiempos difíciles”, agregó.
Los síntomas de problemas de salud mental afectan a estos estudiantes aún cuando hay entre Rhode Island y Texas diferencias significativas en la aplicación de las leyes de inmigración.
Mientras la agencia de Inmigración y Aduanas (ICE) tiene una notable presencia en Texas, por contraste, en Rhode Island tiene un “nivel relativamente bajo de actividad” y hay políticas estatales que restringen la cooperación de las policías locales con la agencia federal, detalló.
La encuesta se realizó entre estudiantes latinos en 11 escuelas secundarias del condado de Harris, que comprende el área metropolitana de Houston, y en varias ciudades de Rhode Island.
“Dos tercios del conjunto (de estudiantes) se encuentra en el umbral clínico que ameritaría terapia por ansiedad, el 58 % por trastorno de estrés post traumático, y 55 % por depresión”, añadió el informe.
El 67 % de los encuestados en el condado de Harris y el 52 % de los entrevistados en Rhode Island expresaron temores de que alguien cercano a ellos pudiese ser arrestado y deportado, y el 56 % de todos los estudiantes conoce a alguien que ha sido deportado.
Un tercio del conjunto encuestado indicó que teme ser deportado, incluido el 12 % de los estudiantes nacidos en Estados Unidos. Washington (EFE)