Por Roberto PELÁEZ
A estas alturas Make The Road Nevada (MRNV, por sus siglas en inglés) apenas necesita presentación, con casi tres años de fundada goza de un sólido prestigio, más que todo por su apego a la comunidad y el hecho mismo de estar en el centro de los problemas que la aquejan.
Por lo anterior no es extraño que en estos tiempos tan complejos muchas personas acudan a los miembros de MRNV en busca de información o asesoramiento en temas tan complicado -por ejemplo- como la moratoria estatal de desalojo, un asunto que afecta a miles.
No en balde a finales del pasado año algunos de sus directivos señalaron al semanario El Mundo que MRNV cuyo liderazgo lo asumen sus miembros, son ellos precisamente quienes deciden en que asuntos involucrarse dada su incidencia en la comunidad (inmigración, equidad económica, educación, acceso a los servicios de salud, entre otros), y ahora con las afectaciones del Coronavirus, pues agregan otros problemas medulares a su agenda de trabajo.
Para muchos, sin temor a equívocos, MRNV clasifica como un grupo u organización de tendencia progresista y marcado apoyo ante los problemas, sus integrantes asesoran a la gente para que conozca más sobre sus deberes, derechos y responsabilidades, más aun en lo concerniente al pago de sus respectivas viviendas o rentas... una cuestión en extremo peliaguda, que puede tornarse aun más complicada ante el despido de miles de trabajadores.
En MRNV no crean en la gente falsas expectativas, no es esa su tónica de trabajo, al contrario, prefieren que la comunidad esté informada, conozca lo más posible, por ahí va también el crédito, el reconocimiento del grupo, caracterizado por el entusiasmo juvenil y el optimismo, su confianza en la victoria.
Sucede que en ocasiones (como con esto de la moratoria de desalojo), personal de MRNV no tiene las respuestas para quienes acuden o los contactan en busca de información o el necesario asesoramiento, menos aun tienen en sus manos lo que la gente quisiera escuchar.
Tal y como informamos en anteriores ediciones se encaran retrasos para atender las solicitudes dentro del programa de ayuda destinada al pago de la renta, y por el momento no se aceptan más solicitudes.
El desalojo cuyo argumento es la ‘falta de pago’ estaba previsto que comenzara el pasado primero antes que el gobernador Steve Sisolak pusiera sobre el tapete una extensión por 45 días. Es importante no perder de vista que en ningún momento la moratoria exoneró de pago a alguien, sólo POSPUSO esos pagos por los estragos a causa del Coronavirus. Pagar el alquiler es obligatorio.
En esos 45 días urge buscar una solución al problema, que propietarios y arrendatarios se pongan de acuerdo, el Departamento que atiende Desempleo tramite la acumulación de solicitudes para que más personas reciban sus beneficios, y se instrumente un programa de arbitraje y mediación para ventilar los casos de desalojo que se preveen en un futuro no muy lejano.
En MRNV no tienen respuesta ni la explicación precisa ante el hecho de que muchas de las personas que viven en casas o apartamentos rentados -extensión aparte- no van a ser llamadas a trabajar, por consiguiente saldar las deudas es una especie de ‘bola de nieve’, un problema que exige ir más allá de las clásicas ‘curitas de mercuro cromo’.
No hay dudas de que en MRNV tiene la comunidad hispana a un aliado, no es una sorpresa que estén a favor de los jóvenes amparados por DACA, y de que cierren filas en defensa de las causas que consideran justas. El grupo es un pilar.