La fortaleza de una persona radica en su habilidad para superar los problemas...
Los últimos días de agosto cayeron como una nube negra sobre miles de personas del valle, muchas de ellas perdieron su empleo, y otras por solidaridad, porque resulta difícil asimilar -más aun los padres de familias- el quedarse sin su puesto de trabajo, sin el sustento.
Es una verdad tan grande como una alberca olímpica el que Las Vegas depende en gran medida de la hotelería, del quehacer de miles de personas, sin embargo... la fama de esta ciudad se debe también a los amplios y confortables hoteles, a sus opciones recreativas, y al servicio eficiente de miles de empleados.
La significativa reducción en hospedajes y servicios provocados por el Coronavirus -luego de la reapertura de hoteles y casinos-, instalaciones de la compañía MGM tienen menos visitantes y eso sin dudas impacta sus ventas, ante la afectación viene lo que nadie desea: el despido de miles de trabajadores. Se dice fácil, pero es el clásico ‘golpe bajo’.
Nada menos que 18 mil trabajadores despedidos, una parte considerable de ellos residentes en esta ciudad, incuestionablemente es muy difícil asimilar la noticia, más aun las personas y familias afectadas; los hoteles y casinos del MGM no consiguen volver a su plena capacidad operativa y se adoptan medidas.
En medio de esta mala noticia es preciso ver el vaso medio lleno, ser optimista, la esperanza es lo último que se pierde; sin dudas la mayoría de esos empleados son personas fuertes, entusiastas, con talento, tienen hábito de trabajo, nadie les puede ‘cortar las alas’, están preparados para llegar lejos en lo que se propongan.
Las afectaciones, a no dudarlo alcanzan ribetes inimaginables, el Coronavirus lo ha puesto todo literalmente ‘patas arriba’, más de 183 mil fallecidos a lo largo y ancho del país, las compañías de aviación, los cruceros, los hoteles, y junto a ello la economía se resiente, tal vez nunca vuelva a ser como antes, los artistas del circo, los bailarines... nadie ha podido quedar indiferente. Pero no se pierde la esperanza.
Las necesarias reestricciones, la poca -casi nula movilidad de un lado a otro- frustran el esfuerzo de miles, millones de personas; los casinos y hoteles que brindan servicios lamentan la caída del turismo, y ni mencionar la cancelación de conferencias y eventos, un renglón que permitía la entrada de dinero.
Por lo pronto el director general de la compañía MGM dejó sentado que llegado el momento retomarán a sus empleados despedidos en la misma medida en que la actividad se normalice, en correspondencia con las necesidades de la empresa, las posiciones, y respetando en todo momento la conocida antigüedad o ‘señoría’.
Los anhelados encuentros familiares y entre amigos, los viajes, las actividades, los conciertos, las vacaciones, los abrazos, las reuniones volverán. Los trabajadores también. El futuro debe ser mejor.