El Departamento de Estado designó a los Institutos Confucio como una "misión extranjera" de China, a los que obliga a registrarse como tales, al acusarles de "avanzar la propaganda global" de Pekín, en un nuevo gesto de tensión con el gigante asiático.
"Los Institutos Confucio está financiados por la República Popular China y son parte del aparato de propaganda e influencia global del Partido Comunista Chino", indicó el secretario de Estado, Mike Pompeo, en un comunicado.
Pompeo remarcó que la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, ha hecho "una prioridad buscar un tratamiento justo y recíproco" por parte de China.
"La República Popular China se ha aprovechado de la apertura de EE.UU. para llevar a cabo esfuerzos y operaciones de influencia a gran escala y bien financiados en este país", agregó.
Actualmente, hay más de 60 de estos centros en universidades e instituciones educativas de todo Estados Unidos.
El primer Instituto Confucio fue fundado en Seúl (Corea del Sur) en 2004 y ha extendido estos centros de enseñanza del mandarín en 513 ciudades de 140 países, algo que ha venido acompañado de dudas sobre las intenciones políticas que tiene esta amplia red educativa.
Nacida como una versión china del Instituto Británico, la Alianza Francesa o el Instituto Cervantes español, la red Confucio es vista por algunos como una obligada presencia en la cultura mundial, dada la importancia del mandarín, pero también hay críticos que lo consideran un "caballo de troya" del régimen comunista chino.
Las relaciones entre Washington y Pekín se encuentran en uno de sus momentos más tensos de las últimas décadas.
Estados Unidos trasladó al ámbito político y militar su estrategia de presión hacia China, con sanciones a la líder hongkonesa, Carrie Lam, y avisos sobre movimientos navales chinos cerca de Taiwán.
Poco después, Pekín anunciaba sanciones a once funcionarios estadounidenses, entre ellos los senadores Marco Rubio y Ted Cruz, por inmiscuirse en los asuntos de Hong Kong después de que Washington hubiese tomado medidas similares el pasado viernes contra otros tantos altos cargos de este territorio autónomo chino.
Todo ello, después de que Trump amenazase con prohibir las populares aplicaciones TikTok y WeChat, de capital chino y declaradas un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Trump, quien buscará la reelección en noviembre frente al precandidato demócrata, Joe Biden, ha criticado desde su llegada a la Casa Blanca a China por aprovecharse de EE.UU. y negoció un acuerdo comercial con el gigante asiático cuyo cumplimiento se ha visto alterado por la crisis económica desatada por la pandemia. Washington (EFE)