Las Grandes Ligas y los jugadores continúan las conversaciones sobre cómo incorporar elementos de justicia social en el deporte, de acuerdo con fuentes de la liga y varios peloteros.
La incorporación podría ser mediante algún tipo de logotipo colocado en sus uniformes o algo compartido y presentado por los jugadores.
Desde el asesinato de George Floyd, el 25 de mayo, muchos jugadores y equipos se han unido a la conversación nacional sobre justicia social.
Andrew McCutchen, veterano de los Filis de Filadelfia, se encontraba entre los atletas y entrenadores que compartieron una frase y pensamientos en un editorial del diario USA Today a principios de junio.
Mientras que los jugadores de los Dodgers de Los Ángeles recientemente realizaron una llamada de Zoom dirigida por Clayton Kershaw para hablar sobre la injusticia racial, y su discusión resultó en un video publicado la semana pasada en apoyo de Black Lives Matter.
El béisbol en su mayoría no participó en la conversación de justicia social en los deportes después de que el mariscal de campo de la NFL, Colin Kaepernick, comenzó a arrodillarse durante el himno nacional en 2016.
Bruce Maxwell, un receptor de los Atléticos de Oakland, se arrodilló durante el himno en 2017, pero dijo que se sentía sin apoyo de sus compañeros.
El béisbol rara vez ha abordado cuestiones de desigualdad racial con uniformidad en toda la industria.
Jackie Robinson rompió la barrera del color del béisbol en 1947 cuando se unió a los Dodgers de Brooklyn, pero pasaron 12 años antes de que los Medias Rojas de Boston se convirtieran en el último equipo en fichar a su primer jugador afroamericano, Pumpsie Green.
En la Serie Mundial de 1972, Robinson pidió la contratación del primer piloto afroamericano en las Grandes Ligas, algo que no sucedió hasta 1975 cuando Frank Robinson se hizo cargo de los Indios de Cleveland.
En 1997 las mayores celebraron el primer Día de Jackie Robinson, en el cual el entonces comisionado Bud Selig anunció que el número 42 sería retirado a perpetuidad en honor de Robinson. Nueva York, EE.UU. (EFE)