Quizás por estos días de Coronavirus, de muchas horas en casa, lo menos que deseas es leer sobre maquillaje o vestidos de noche, es más, te miraste al espejo y de marzo a la fecha ganaste unas libras que no ‘agradeces’ para nada, al contrario, quieres desaparecerlas antes de volver al trabajo.
Esta permanencia en casa literalmente hace unos meses no se la esperaba nadie, aparecieron uns ‘kilos’ de más, y la ropa te queda estrecha.
Claro que hay que ‘entretenerse’ en algo, entre el jardín y la cocina, la elaboración de platos, y de ejercicios ni hablar.
Lo que no se puede hacer es comer de manera desorganizada, o desproporcionada, entonces salen a relucir las dietas, esta y aquella; sugieren por supuesto comer menos, descartar dulces, menos harina, dar y mayor prioridad a las frutas y los vegetales, a las proteínas bajas en grasa.
No faltan quienes aconsejan pasar por alto el desayuno, muchas personas son capaces de pasar sin él, apuestan por café, agua y jugo; otros prefieren la dieta de restricción de tiempo, comen (por ejemplo) de 10 de la mañana a 6 de la tarde, y luego ni abren la boca, o de 12 del mediodía a las 8 de la noche.
Algunos nutricionistas indican que las otras 16 horas deben dedicarse al sueño, a un sueño realmente reparador, a ingerir agua y jugos sin calorías.
El esposo de una amiga achaca la barriga a lo sedentario de su trabajo, pasa horas frente a al computadora, pone a un lado el estrés y la ansiedad, craso error.
Las sensaciones afectan los niveles hormonales y la gente opta por comer alimentos muy calóricos. Hay que aprender a manejar el estrés, preferiblemente con ejercicios de yoga o meditación; es muy difícil bajar de peso, perder esas libras, sin ejercicios, entonces lo indicado, ahora que tiene tiempo, es salir a la yarda y correr, caminar, montar bicicleta, además de pesas para fortalecer.