Por Roberto PELÁEZ
Para algunas personas del valle el coronavirus vino a ratificar algo que ya muchos sabíamos: el de escritor es el oficio más solitario del mundo... el quedarse en casa, el distanciamiento social, propicia a poetas y narradores la posibilidad de ‘sumergirse’ en lo que más les gusta (literalmente) garabatear cuartillas.
Tres poetas y un narrador asentados en Las Vegas, aprovechan y escriben, perfilan detalles para la impresión de sus próximos libros.
El narrador Pavel Alling -inmerso en una novela que asegura pondrá a los lectores los pelos de punta-, junto a los poetas Xinia Estrada, Augusto Lemus y Dolores Romero se empeñan en salir adelante en sus respectivos proyectos.
“La vida es la misma para todos, subraya Romero, con sus alegrías, sus derrotas, sus triunfos y sinsabores, pero lo definitivo y más importante es que siempre (y en cada situación) prime el amor”.
Poeta todo sentimiento, destaca en su poema ‘Plenitud’... Quiero beberme el sol, el aire, el cielo/contemplar sin cansarme el verde prado/los pájaros volar, el arroyuelo/el agua ver correr entre mis manos.
Y afirma: “La poesía es un arte divino, es un don de Dios... junto a la música tiene el poder de elevarnos el espíritu”.
Lemus, intranquilo, grita a los cuatro vientos que le resulta difícil escribir en el verano (por el intenso calor), pero devora montañas de papeles, revisa, teclea, mientras declama: ‘Amor enemigo de quien ama, pareces regodearte en su martirio, le sonríes y le matas, le hieres mortalmente con dulces palabras, le curas las heridas con el toque leve de tus manos, y te alejas condenándole al suicidio’.
Porque Lemus canta’al amor y al desamor con la misma dosis de irreverencia, y a veces con crudeza... no olvidar su Carta de odio, amor y otras nimiedades. ‘Señora, traigo confundidos los besos y los labios, las sangres y las mieles, vea qué pálido estoy de amarle’. Amante del lenguaje rebuscado, de citas y más citas, en este poeta, investigador, van de la mano los poemas y la historia.
“A través de la poesía contacto durante mi vida, no sólo con poetas, también con artistas de otras manifestaciones”, sostiene la costarricense Xinia Estrada. “Hay en mí una motivación genuina de multiplicar la semilla del arte en las nuevas generaciones... es importante que heredemos la cultura a nuestros hijos, se llenen de poemas y canciones, las hagan suyas”, remarca la poetisa’.
Por eso quiero cabalgar al viento/agarrada a la brida de tu amor/sujétame bien fuerte que presiento/que vamos a estrellarnos de pasión. Recita Dolores Romero a modo de despedida, con esa carga de pasión que la distingue.