Editorial: Cuanto se haga para prevenir es poco

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Se tendrá que hablar de antes, durante y después del coronavirus; en las últimas semanas es muy difícil que una palabra -a instancia mundial- se haya pronunciado más que esta.

Por una parte el nombre de esta enfermedad, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera una pandemia, viene aparejado de medidas de prevención, cierres de fronteras, viajes y eventos suspendidos o pospuestos. 

Lamentablemente en la misma oración o párrafo en que se menciona al coronavirus también se habla de fallecidos, personas en grave estado de salud. Las estadísticas más recientes mencionan más de 170 mil casos, en más de 150 países.

Y junto a este panorama, como es lógico, el pánico, pese a las instrucciones, las intervenciones de especialistas aquí y allá, los consejos... una muestra de ello son las largas líneas en las tiendas, el acaparamiento de agua, papel sanitario, antibacterial. 

Algunas personas leen la prensa, ven la televisión, están informadas, saben de las escuelas cerradas hasta el próximo 6 de abril, de hoteles y casinos, de restaurantes que cierran, de empleados que van a casa para vivir las venideras semanas del desempleo.

Otras personas no saben mucho del asunto, pero unas y otras van a las tiendas, llenan sus carritos de lo que fueron a buscar y más (mucho más... por si cierran las fábricas, tener la reserva asegurada), se olvidan de los más vulnerables, los ancianos. Es un moderno ‘salvese quien pueda’.

Sólo en China -líder de diagnósticos y muertos- la cifra de fallecidos supera los 3 mil 200, y a nivel mundial más de 5 mil. La pandemia pasó con inusitada fuerza de Asia a Europa, con Italia -más de 400 muertos en un día-, Francia y España en el punto rojo del colimador. Corea del Sur, Japón e Irán también muestran registros significativos.

De varias naciones africanas llegan noticias de personas infectadas, y como quiera que los expertos de alguna manera vinculan la enfermedad con la pobreza, en África puede ser literalmente un caos.

En América, Estados Unidos y Canadá son los países que han registrado los mayores números de personas afectadas; Argentina, Brasil, México, Chile, Cuba, Ecuador, Costa Rica, Honduras, Colombia, Venezuela, Jamaica, Bolivia, entre otros países, atienden ya a diagnosticados.

Hasta el momento -pese a todo lo que se ha dicho y escrito sobre el éxito de la medicina cubana empleada en China-, nadie asegura que exista una vacuna para prevenir la enfermedad, lo más indicado es no exponerse.

Se aconseja evitar el contacto cercano con personas enfermas, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, quedarse en casa si está enfermo, cubrirse la nariz y la boca al toser, uso de mascarillas, lavarse con frecuencia las manos (al menos 20 segundos), de alguna manera son hábitos cotidianos que pueden ayudar a prevenir. 

 

Todo cuanto se haga en este sentido es conveniente. No lo eche en saco roto. Urge prevenir. Así se gana esta difícil batalla.

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