Por estos tiempos se escucha hablar, tal vez más que nunca, de las calorías.
No faltan quienes dicen que es un bichito que se mete en el closet y tiende a poner las prendas de vestir más estrechas.
Pero mejor aun es este concepto: el cuerpo humano es una máquina que se mantiene a fuerza de calor, o sea, consume una determinada cantidad de calorías. Todo hombre y mujer necesita una ‘dosis’ diaria de ese combustible (alimentos) que se llama caloría.
Por ejemplo una mujer intelectual, escritora, oficinista, cajera... requiere alrededor de dos mil 200 calorías diarias para mantener una hermosa figura y con ella una buena salud.
Por su parte una empleada de tiendas, que permanece varias horas de pie y camina bastante, lo mismo que una trabajadora que realiza esfuerzos físicos, necesitan unas dos mil 600 calorías todos los días, mientras quienes realizan labores en el campo, entre otras, exigen tres mil 100.
Claro que hay excepciones, días en los que nos pasamos porque es un día festivo o nos gusta sobremanera la comida y nos permitimos ‘violar’ esa barrera, esa peligrosa ‘trampa’ que nos tienden (día tras día) las calorías.
Corresponde dar paso en favor de la alimentación sana y los ejercicios físicos, caminar, priorizar el llamado pan integral, el pescado, el huevo, las frutas, los vegetales, los jugos naturales sin azúcar, la carne magra, viandas, combinados con dos o tres sesiones de ejercicios o caminatas a la semana.
¿Consejos? Consuma poca mayonesa, prefiera postres naturales, tome el chocolate sin azúcar, pero no pierda de vista que la fórmula es ‘reducir la ingesta de calorías y realizar actividad física’, estacione un poco más lejos de las tiendas, suba escaleras, su cuerpo se lo va a agradecer.
(Tomado del libro ‘Más belleza para ti’, de Isabel de Amado Blanco)