“Llegar juntos es el principio.
Mantenerse juntos, es el progreso.
Trabajar juntos es el éxito”.
Henry Ford
La ceremonia en que asumió de manera oficial la joven Silvia Romero como vicecónsul de El Salvador en Las Vegas transcurrió en alrededor de casi dos horas, sin embargo se puede resumir en 10 palabras: ‘Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos’.
Es así de sencillo, sin embargo algunas personas no lo entienden o ven las cosas desde otro ángulo, lo cual, por supuesto, también es válido aunque no deja de ser un lastre, algo que frena las posibilidades reales de llegar aun más lejos en las conquistas de los salvadoreños del valle y de la comunidad en sentido general.
Lo que si resulta una verdad tan grande como una casa es que a partir de estos momentos es preciso unirse aun más, trabajar en equipo, convertir cada logro en un punto de partida, con el marcado propósito de avanzar, de alcanzar nuevas metas.
Tener criterios diferentes -pero siempre sobre la base del respeto- no es un obstáculo para cerrar filas, aportar, acercarse y decir... ‘aquí estoy, qué puedo hacer, qué hace falta, en qué puedo ayudar para que las cosas sean mejores.
Cuando se quieren imponer criterios, cuando no se escucha a los demás, se apela a la agresividad, se ofende o lastima (incluso sin conocer a la persona a la que se ofende) literalmente se pierde la razón -aunque la tenga-, y por supuesto, se avanza muy poco o nada. Se vale no perder la ternura.
No corren tiempos de defender esta o aquella parcela, de mirar solo por intereses personales, de unirse sólo si se obtiene provecho... no, pensar así, hoy, es como estar detenido en el tiempo, y hay que decirlo, esas posturas no aportan, no contribuyen, no son fructíferas.
Y no es que se quiebren las lanzas en favor de esto o aquello, es válido decir, no estoy de acuerdo, por esto, aquello y lo de más allá, pero quiero ayudar, aquí está mi disposición, mi brazo, mi fuerza, quiero brindar ayuda para que todo sea mejor o sencillamente ver avances. Y esos argumentos se esgrimen con respeto, de manera receptiva.
Actuar de otra manera -también hay que decirlo- resquebraja la unidad, provoca rechazo, no es una manera correcta de hacer. Literalmente una cosa es la cacareada libertad de expresión, disentir, tener un criterio diferente, y otra es irrespetar en nombre de lo que algunos llaman democracia.
La invitación a leer Nuestra América, el genial ensayo de José Martí, siempre actual, siempre alertando. “Es la hora del recuento y de la marcha unida...”, dijo el prócer cubano, y esto hoy, ahora mismo, no debe echarse en saco roto.
Mexicanos, salvadoreños, colombianos, hondureños, cubanos, ticos, nicas, peruanos, chilenos, guatemaltecos, urge trabajar, no perder tiempo en hablar de este o aquel, en el de más allá, es mejor poner a un lado las diferencias y trabajar, enregarse con amor a múltiples actividades provechosas, empeñarse en salir adelante en beneficio propio, de la familia y la comunidad toda... ese es, y no otro, el propósito.