Opinión: Trump: “Estoy usando a México”

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“Estoy usando a México para proteger nuestra frontera”, dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El comentario pasó desapercibido para millones de estadounidenses.

Aunque no para muchos mexicanos que sintieron en las palabras de Trump una flagrante violación a la soberanía de México. Fue un comentario ofensivo, arrogante y fuera de lugar pero, quizás, totalmente cierto.

El comentario completo de Trump fue así: “Estoy usando a México para proteger nuestra frontera… Quiero agradecer a México; tienen para esto 27 mil soldados. Pero vean que mal es esto. Estoy usando a México porque los demócratas no quieren arreglar nuestro sistema migratorio”.

Casi 400 mil personas han visto el video de la declaración de Trump que subí a mi cuenta de Twitter. (Lo pueden ver en @jorgeramosnews). A algunos les pareció una humillación el trato de Trump hacia México. Un amigo no le dice a otro que lo está usando. Y menos en público. Pero el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador no lo vio así. “No tengo ningún problema de conciencia”, dijo AMLO en su tradicional conferencia de prensa matutina. “No tenemos nada de qué avergonzarnos; se defiende la soberanía de México. Al mismo tiempo, no queremos confrontación”.

Eso. La no confrontación -y la total ausencia de AMLO en eventos internacionales- son dos factores que están marcando la política exterior de México y su relación con Estados Unidos. Más concretamente: Estados Unidos dicta lo que quiere hacer y México casi siempre acepta. Es, sin duda, una relación desigual y amenazadora para los mexicanos. Trump advirtió que impondría aranceles si México no cooperaba en la cuestión migratoria.

México no pagó por el muro de Trump. Pero en la práctica se ha convertido en la policía migratoria de Trump, y lo que es peor, en el muro mismo.

Triunfalmente la cancillería mexicana anunció que el número de inmigrantes centroamericanos que han cruzado su territorio bajó un 56 por ciento entre mayo y agosto. Además, México se está quedando con decenas de miles de los inmigrantes que Trump no quiere. Es su nueva válvula de escape. Ahora los refugiados centroamericanos que esperan una respuesta de Estados Unidos a sus solicitudes de asilo político tienen que esperar en México.

AMLO “básicamente ha aceptado todos los términos y condiciones” de Estados Unidos, me dijo en una entrevista Armando Santacruz, presidente de la asociación civil, México Unido Contra La Delincuencia. “Sí, nosotros somos el muro. Y la Guardia Nacional está ahora usando muchos de sus recursos para mantener lejos a los inmigrantes”.

No sé de dónde sacó Trump la cifra de 27 mil soldados pero posiblemente se refiera a los miembros de la Guardia Nacional de México dedicados a proteger la frontera con Guatemala y a evitar que centroamericanos crucen ilegalmente hacia Estados Unidos. Pero el origen y la misión de la Guardia Nacional nunca fue el convertirse en los agentes migratorios de Estados Unidos en territorio mexicano.

De hecho la Guardia Nacional fue creada para reducir el crimen en México. Y hasta el momento, no ha dado resultados.

Al final de cuentas, es cierto. Trump sí está usando a México. Y México, incomprensiblemente, se está dejando utilizar. Pero eso debe cambiar.

¿Qué puede hacer México? No ser el muro, no convertirse en la sala de espera y no actuar como la válvula de escape de Estados Unidos. México debe regresar a su digna e histórica tradición de proteger a los perseguidos y a los más vulnerables del planeta, desde los españoles que huyeron de la guerra civil hasta los centroamericanos que escapan del crimen, las pandillas y el hambre.

Señor López Obrador, es un error apostar por Trump. Eso lo saben, sobre todo, sus ex amigos. ¿De verdad quiere asociarse y apoyar las políticas de un presidente que sugirió, según un reporte de The New York Times, que sus agentes dispararan a las piernas a los inmigrantes en la frontera? ¿Dónde está la indignación y la protesta de México? Trump está del lado equivocado de la historia. Y cuando el presidente estadounidense pierda el poder, sus cómplices y sus socios, dentro y fuera del Estados Unidos, serán juzgados con extrema dureza.

 

Todavía estamos a tiempo de hacer lo correcto.

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