La niñez mexicana enfrenta entornos cada vez más difíciles tanto en el exterior como el interior del hogar, pues 60 por ciento de los niños menores de 14 años han experimentado algún método violento de disciplina, alertó Gabriela Ruiz Serrano, de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Agregó que además del maltrato dentro de su hogar, son vulnerables a problemas como la migración no acompañada, la trata de personas y el trabajo infantil.
Con motivo del Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil, que se conmemora el 25 de abril, la experta en atención a niños y adolescentes agregó que la disciplina violenta en el hogar es un concepto amplio que abarca múltiples formas, pues no sólo hacen uso de ella los padres y tutores, sino hermanos, abuelos y tíos, entre otros.
Refirió que en México seis de cada 10 niños y adolescentes, (de uno a 14 años de edad) 60 por ciento, han experimentado algún método violento de disciplina; uno de cada dos ha sufrido presión psicológica por algún miembro de la familia, y uno de cada 15 ha recibido alguna forma severa de castigo.
Ruiz Serrano indicó que, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), uno de cada tres mexicanos es menor de edad, la mitad de ellos vive en pobreza, y los estados que registran mayor índice de violencia hacia ellos son Guanajuato, Tamaulipas, Quintana Roo y Tlaxcala.
"El problema es que hay una perspectiva adultocentrista que coloca a los pequeños en condiciones de inferioridad, que de alguna manera han legitimado los estilos de crianza que hemos repetido generacionalmente", explicó la experta.
Mencionó que uno de los imaginarios más cotidianos es que una nalgada a tiempo siempre es necesaria, porque creemos que el golpe transforma el comportamiento; sin embargo, los estudios dan cuenta de lo contrario.
"El golpe no corrige el comportamiento, se instala en la memoria y hace proclive a repetir estos patrones de violencia, pues hay un impacto a nivel neurológico cuando éste se da de forma sistemática", enfatizó.
El Informe Anual 2017 de UNICEF México señala que nueve de cada 10 niños que hablan alguna lengua indígena son pobres; 80 por ciento de los infantes no alcanzan los conocimientos requeridos en su nivel educativo y más de cuatro millones no acuden a la escuela; 65 por ciento no tienen acceso a libros infantiles, y ocho de cada 10 agresiones contra ellos ocurren en la escuela y en la vía pública.
En este sentido, la especialista en modelos de intervención del trabajador social resaltó que por mucho tiempo se pensó que el maltrato infantil se vivía sólo en el ámbito doméstico y se asociaba a abuso físico, sexual y psicológico.
Sin embargo, explicó que "en los hogares se somatiza la violencia que se vive en el tejido social, y los niños, además de verse sometidos a esta situación, también viven maltrato de carácter estructural, como la migración no acompañada, los atropellos en instituciones de acogimiento residencial y la trata de personas con fines de trabajo, abuso sexual y pornografía".
Esta situación se sigue multiplicando y agudizando, con impacto en la niñez y la sociedad en general, y ante la situación es necesario no aplicar el uso y abuso de la violencia física y psicológica en los patrones de crianza, pues al ofrecer medidas de seguridad, los niños gozarán de mejores contextos.
Ruiz Serrano remarcó que se debe tener presente que este problema no se reduce sólo al contexto familiar, pues los pequeños se desenvuelven en otros espacios como la escuela, los parques, la comunidad y los medios de comunicación: "Debemos entender que son seres con capacidad de decisiones y quitarnos la idea de que el golpe contribuye a una buena crianza, porque no es así". México (NOTIMEX)