No temas nada. Lo siento. Esto no debería haber pasado. Esmeralda
La catedral más famosa del mundo está herida, el pasado lunes 15 -fecha en que se celebra el Día Mundial del Arte- fue víctima de un incendio que le provocó graves daños, sin embargo luego del estupor, de resistirse a creerlo, se impone el optimismo... nadie duda que la Catedral de Notre Dame, en París, volverá a lucir señorial, distinguida, tan hermosa como siempre (o más).
Millones de personas la vieron muchas veces en fotos, en el cine, en documentales, estuvieron cerca de ella... la pudieron apreciar en la película ‘La invención de Hugo’, del afamado realizador Martin Scorsese, que en el 2012 conquistó cinco premios Oscar.
Resulta difícil entender que para la ‘crisis humanitaria’ en Venezuela varias organizaciones donaran 20 millones de dólares, y para la reconstrucción de la Catedral ya rebasó el billón de dólares y una persona manifestó su disposición de donar 100 millones de euros, pero este es sin dudas otro asunto.
Tras la obra ‘Nuestra Señora de París’, del novelista francés Víctor Hugo, que ‘retrata’ las sombrías callejuelas del París del siglo XV, en que cobran vida personajes como Quasimodo, Frollo, la gitana Esmeralda, el templo ocupa un papel prominente, relevante, que resiste el paso de los años y dice mucho de la laboriosidad de sus constructores, de su innegable belleza, y un claro ejemplo de la arquitectura gótica francesa, con una innegable abundancia de decoraciones escultóricas.
Vinculada a la cultura y el arte mundial, obra de arte ella misma, la fama de la Catedral corrió a la par del amor de Quasimodo por la gitana, interpretadas en el cine por Maureen O’Hara (1939) y por la actriz mexicana Salma Hayek, en 1997.
El mundo contempló el lunes 15, consternado, como las llamas laceraban una pieza colosal, un monumento histórico, atracción de millones de personas, y las redes sociales permitieron, desde diferentes ángulos, ver la caída de la aguja, de más de 90 metros de altura.
Los expertos consideran que el tiempo que llevarán las labores de restauración puede estar muy bien entre 10 y 15 años de trabajo concienzudo, detallado, y es conveniente que así sea, se respete cada detalle, pues como se sabe no se trata de una edificación cualquiera.
Claro que en ese lapso de trabajo muchas personas, en todas partes del mundo, van a fallecer, no podrán ver restaurada la Catedral, de ahí que los recuerdos que tienen ahora mismo de ella son los que van a perdurar, así la conocieron, y de seguro no desean recordarla pasto de las llamas, sino como un símbolo de la cultura mundial, como una muestra inequívoca de lo que es capaz de hacer el hombre cuando pone todo su amor, su inteligencia y desvelo en función de una obra para la humanidad.
Por supuesto que no faltan (siempre hay para todos los gustos), quienes esgrimen, argumentan que hay muchos problemas cerca para ocuparse de ver, preocuparse o lamentarse por algo que sucedió a muchas millas de distancia... sin comentarios.