Está a punto de correr sus imaginarias cortinas el 2018, y las estadísticas no se hacen esperar, de esto, aquello y lo de más allá; que si las elecciones, las caravanas de migrantes, los fenómenos naturales, el costo de la vida, el repunte de la economía estadounidense, el descenso del desempleo, otra vuelta de tuerca a los tepesianos...
El ‘tira y encoge’ entre los Estados Unidos y China en el renglón económico es otro de los asuntos que es preciso seguir muy de cerca, tanto por las fricciones como las cifras millonarias en juego.
En esta oportunidad las estadísticas en los días finales del 2018 tienen que ver con las remesas familiares enviadas por los mexicanos a su país, y que según el banco de México (Banxico), solo de enero a octubre pasaba ya de los 27 mil 615 millones de dólares, cifra que representa el 10 por ciento más que igual periodo del 2017. Impresionante y sin dudas un elemento de capital importancia que llama a la reflexión. India, China y Filipinas son los únicos paísesque reciben más remesas que México. Los registros hablan de cantidad record en el 2017, al enviarse a México 28 mil 771 millones de dólares, según algunos, motivados en gran medida por los terremotos que afectaron a la nación vecina. De cualquier manera la cifra es superior a las exportaciones de petróleo y a lo obtenido gracias al turismo.
Un vistazo al comportamiento de las remesas por meses deja sentado que junio tuvo un crecimiento máximo de 23 por ciento, sin embargo después los envíos han moderado su ritmo: 10.2 por ciento en julio; 9.1 por ciento en agosto; 8.8 por ciento en septiembre y 3.4 por ciento el último octubre.
Es incuestionable que para la economía mexicana las remesas tienen una importancia enorme, para corroborar esto basta un detalle: México obtiene más dinero por dichas remesas que por las exportaciones petroleras.
Dos aspectos a tener muy en cuenta, las remesas salen del salario de millones de emigrantes, es el fruto de su trabajo, y por lo general éstas van dirigidas a familias pobres, de escasos recursos... resultan sin dudas un alivio considerable. Tomando en cuenta lo anterior, es justificado que muchas voces se eleven en protesta contra quienes esgrimen la posibilidad de costear -con impuestos a las remesas- el muro de que tanto habla el presidente Donald Trump.
Las remesas, por lo general se destinan a la alimentación, vestuario y atender necesidades que traen consigo los problemas de salud, pagos de deudas, gastos en educación, adquisición de terrenos y enseres para el hogar.
Es preciso reparar en que cualquier circunstancia que afecte a las remesas, eso deteriorará aun más la situación de millones de mexicanos pobres, que paradójicamente buscarán una salida al problema acercándose al norte. No es desacertado apuntar que las remesas familiares son una contribución generosa, acrecentada, claro está, por el tipo de cambio que concede a la moneda estadounidense un valor adquisitivo considerable en el vecino país.
Los michoacanos residentes en el exterior son abanderados, desde hace varios años, en el envío de remesas a sus familiares en México, en el año que concluye van a sumar una cifra cercana a los 3 mil millones de dólares. Jalisco, Guanajuato, el Estado de México, Puebla, Oaxaca y Guerrero, también muestran resultados para aplaudir.
Por supuesto que las remesas no son coto privado de los mexicanos, muchos países las tienen como una indispensable entrada de dinero.