Cuando el esfuerzo rinde frutos: Entre pasteles y postres...

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Por Roberto PELÁEZ

El niño mira las empanadas rellenas de cajeta, las galletas de almendras, y luego se detiene delante de un pastel de tres leches... todo eso lo hizo tu tía Rosy, le explica la madre. 

El pequeño levanta la vista. Ella lo comprende como sólo pueden comprender las madres, y atina a decir: sí, esta tarde te llevo a su casa.

Entre los amantes de la repostería, los postres y pasteles, la jalisciense Rosy Reyes no necesita presentación, ella a fuerza de perseverancia, de amor por lo que hace, de una dedicación a toda prueba, se ha ganado un lugar en la preferencia de muchos a la hora de las fiestas.

Pero al principio no fue tan fácil. La entrevistada habla de Guadalajara y sus ojos adquieren un brillo especial, “es una ciudad preciosa, apunta, si la conoceré yo”, agrega.

“Sí, vengo de una familia de reposteros, fíjese de reposteros de primera, verdaderos maestros, entonces eso es lo que veo desde pequeña; la perseverancia, apunta, creo la heredo de mis hermanas, ellas se esmeran porque todo quede exquisito”, resalta. 

“El recuerdo que tengo de ellas haciendo postres, pasteles, es la pasión, no se dan por vencidas nunca, tratan, insisten hasta obtener la perfección”, asegura, “de sus manos, debo decirlo, salen pasteles, obras maestras”, sostiene.

“Hace casi 30 años que vine a los Estados Unidos, con mis sueños a cuesta, acota, dispuesta a seguir aprendiendo y salir adelante, con la pasión de que le hablo, influenciada por mis hermanas, nunca me faltan sus palabras de aliento, ellas son mi ejemplo y siento un gran orgullo cuando platico de ellas.

“Aquí comienzo con los postres y pasteles clásicos de la repostería mexicana, destaca; hace más de tres años me gradúo en el Community College de Pastry Arts, de inmediato registro mi negocio y comienzo a hacer postres y pasteles, incorporo los estilos italiano y francés, que tienen mucha tradición, exigen conocimiento.

“Es tal mi desvelo por la calidad, que comienzo a recibir demanda de varios hoteles y casinos, apunta... es algo que también me llena de orgullo,  lo mismo que mi ansia de superación, y eso trato de trasmitir a mi hija, admiro su interés por salir adelante, por aprender”.

La entrevistada es sin dudas un ejemplo de inmigrante con deseos de hacer realidad los sueños, “no me detengo, dice, trato siempre de hacer las cosas mejor, de mantener el prestigio que me he ganado a fuerza de estudio y trabajo, de fuerza de voluntad; sueño, advierte, no dejo de soñar, quiero llegar más lejos, sin dejar de disfrutar a plenitud lo que hago.

 

“Me he propuesto abrir varias pastelerías, externa, quiero extenderme a otros estados del país, y llegar, quién sabe, hasta México... no dejo de soñar, y de hacer”, remarca. En la despedida pregunta: ¿le dije que Guadalajara es una ciudad hermosa?

 

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