Por Roberto PELÁEZ
“Se imagina, en estos tiempos de cambio climático, contaminación, tala de árboles, que el lugarcito que nos vio nacer (San Juan Evangelista Analco, en Oaxaca, México) se haya ganado el premio nacional al Mérito Forestal, eso dice mucho de la atención que nuestra gente le presta a la reforestación”, apunta orgulloso Rafael Pérez, quien junto a una mesa directiva encabeza a los oaxaqueños residentes en Las Vegas.
“No son muchos los oaxaqueños unidos en la ‘ciudad que no duerme’, sin embargo, subraya Rafael, decidimos unirnos, aunque el grupo fuera pequeño, allá por 1996, a veces algunos regresan a San Juan Evangelista, o se mueven a otro estado de este país, otras veces pues llegamos a veintitantos, pero no descuidamos la atención a la familia, los amigos, a las necesidades del lugar donde nacimos”, agrega.
Rafael y Jesús Pérez, junto a Alberto Luis y Hortensia Sosa lideran el grupo de unas 25 personas, nacidas en San Juan Evangelista Analco, una localidad perteneciente al estado mexicano de Oaxaca. “Es un lugar precioso, añade el entrevistado, y precisamente por preservar, reforestar, cuidar, hoy el lugar es una atracción en ecoturismo, le llega mucha gente de todas partes para ver aquello, la vegetación, el clima, la naturaleza, el lago precioso... muy bien cuidado, da gusto”, advierte.
“Sobre el grupo, qué decirle, antes éramos más, pero algunos se volvieron y de hace un tiempo para acá nos mantenemos alrededor de 25, indica, no organizamos muchos eventos, sin embargo cada mes aportamos, después se junta el dinero, platicamos con las autoridades de San Juan Evangelista Analco, conocemos las dificultades, y apoyamos sea para pavimentar calles, apoyar una instalación de salud, la pintura de una escuela, una cancha para jugar baloncesto... vaya, que de alguna forma ayudamos a la comunidad, ahí está la iluminación del campanario, siempre platicamos de eso, porque la gente de allí sabemos lo que significa ese monumento para nuestra cultura”.
Busca unos periódicos, y prosigue “nosotros estamos muy orgullosos, cuando en muchos lugares se está acabando con los árboles, los ríos, los animales, la vegetación, pues en nuestra comunidad se trabaja de manera eficiente para restaurar, y lo que es mejor, se reconoce ese trabajo, se motiva a seguir.
“Desde aquí ayudamos en la medida de nuestra posibilidades, conocemos donde hace falta algo y aportamos, además, reparamos que para obtener ese premio que ganó San Juan Evangelista Analco hace falta una labor de equipo, de mucha gente, las autoridades y el pueblo, y eso es para beneficio de todos; déjeme decirle que San Juan Evangelista Analco, continúa, es parte de la Sierra Juárez, con tremenda importancia por su diversidad biológica, se atiende muy bien lo del manejo forestal, se protege el agua, se ha hecho mucho por recuperar... eso es un orgullo nuestro”, destaca.
“Recuerda que le dije que algunos connacionales, gente del grupo regresó, dice, pues allá ponen en práctica lo que aprendieron aquí, sobre todo en la construcción, ayudan a mejorar las condiciones del lugar donde nacimos, aunque hay que decir que el fuerte es el agro y la artesanía, hay mucho maíz, verduras, bastante frijoles, y ahorita, lo que le decía del ecoturismo, con visitantes que van a ver el lago y se alojan en las cabañas que se construyeron... cuando pueda vaya por allá periodista, le va a encantar, digo, si le gusta la naturaleza”, incita.