Puertorriqueños molestos por el trato del gobierno del presidente estadunidense Donald Trump a los afectados por el huracán María, que golpeó a la isla caribeña en septiembre de 2017, esperan poder enviar un mensaje de desaprobación en las elecciones del 6 de noviembre.
De acuerdo a datos de la Universidad de Florida, entre 30 y 50 mil puerrorriqueños se asentaron en Florida tras el paso del huracán María, y el pasado fin de semana los organizadores de una protesta cerca de la casa de Trump urgieron a los asistentes a registrarse y votar.
Marcos Vilar, presidente y director ejecutivo de Alianza para el Progreso, manifestó su inconformidad con el actual gobierno por el trato como “ciudadanos de segunda clase” que les dio Trump al aventar rollos de papel a la gente en una visita a la isla y no reconocer las tres mil muertes tras el paso de María.
La especulación crece en el sentido de que la migración de puertorriqueños a Florida después de María podría empujar al estado hacia la columna de los estados demócratas.
Los candidatos a senador tanto del partido republicano Rick Scott y el demócrata Bill Nelson, así como para gobernador Ron de Santis (republicano) y Andrew Gillum (demócrata) están cortejando el voto puertorriqueño.
La población puertorriqueña de Florida ahora ha superado la animadversión cubanoamericana del estado hacia Trump, y la empuja más sólidamente al seno demócrata y excede a la población puertorriqueña de Nueva York, dijo Luis Martinez-Fernández, profesor de la Universidad Central de Florida Central, quien se especializa en historia latinoamericana.
Si bien los votantes puertorriqueños se han inclinado hacia los demócratas en el pasado, Fernández señaló que no había visto nada igual antes como “la indignación” de los puertorriqueños por el trato dado tras María.
La mayoría de los más de 1.1 millones de puertorriqueños que viven en Florida se concentran en el centro en el área de Orlando a lo largo del corredor estatal I-4.
Pero las cifras del censo muestran que el sur de la Florida es también el hogar de una población puertorriqueña considerable con más de 223 mil puertorriqueños viviendo en los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach, los más populosos del estado.
Pero queda por ver si los votantes puertorriqueños podrían cambiar las próximas elecciones, dijo Vilar al señalar que muchos de los recién llegados perdieron todo, y están demasiado ocupados buscando trabajo y un lugar para vivir para involucrarse políticamente.
Los 2.1 millones de votantes hispanos registrados en el estado conforman alrededor del 16.4 por ciento del electorado, frente al 15.7 por ciento de hace dos años.
Históricamente, los puertorriqueños no han tenido una gran participación en las elecciones, especialmente en los comicios de la mitad de período, dijo Kevin Wagner, experto en ciencias políticas de la Universidad Atlántica de Florida.
Steve Schale, un estratega demócrata que fue director de la campaña 2008 de Barack Obama en Florida, señaló que la idea de que la migración, tras el paso del huracán María, determinará el resultado de la elección, “es exagerada”.
Aunque no descartó que “la ira” sobre el manejo de María podría motivar a los puertorriqueños a votar en mayor número de lo que normalmente lo hacen.
Hasta ahora, en el centro de Florida que comprende a los condados de Osceola Orange y Hillsborough, la organización Mi Familia Vota, estima que registró a 28 mil 500 nuevos votantes, de los cuales un 51 por ciento son puertorriqueños, dijo Soraya Márquez coordinadora estatal en Florida del grupo.
Vilar indicó que muchos de esos votantes sin duda tendrán en mente las acciones del presidente Trump cuando cuando vayan a las urnas el 6 de noviembre.
De hecho el candidato a gobernador republicano DeSantis ha optado por distanciarse de Trump lo que el presidente ha percibido como la deslealtad, según el portal Político.com. Miami (NOTIMEX)