Editorial: Los animales... tienen su día

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Cuando faltan horas para despedir abril, es justo consignar que es un mes ligado a la vida animal.

No por gusto se escogió al cuarto mes del año como el dedicado a la prevención del maltrato animal; en muchos países se celebra el 17 de abril como el ‘Día Mundial de los animales’, mientras en otras naciones, Argentina, por ejemplo, la celebración tiene lugar el 29 de este mes.

Desde hace años, muchos años, el hombre utiliza a los animales con diferentes propósitos, desde sacarlos de su hábitat para, por ejemplo, tenerlos en cautiverio, domesticarlos, utilizarlos como entretenimiento en el circo, en películas, para tiro y carga, todo eso sin mencionar a los cazadores furtivos -y no tan furtivos-, dedicados al contrabando de colmillos y pieles, renglón con el que algunos irresponsables han amasado fortuna.

Es innegable que palabras como maltrato, negligencia, insensibilidad, han predominado en las relaciones entre el hombre y los animales, sin reparar en tamaño ni razas, desde un pájaro, hasta un mono, un león, un elefante, o una ballena. Recuerden a Cecil, el león más famoso de África, abatido por un disparo de un dentista-cazador.

Muchos hombres han hecho suyo, han interiorizado que los animales pertenecen a una especie de segunda categoría, argumentan que los animales no sienten, no piensan, sencillamente son inferiores... no les interesan a nadie. Craso error. Hoy suman varias las especies en vías de extincion -o extinguidas- gracias a la acción despiadada de quien se considera el más civilizado: el hombre. No olvidar a Sudán, el último rinoceronte blanco, con cuya muerte (hubo que sacrificarlo por estar muy enfermo) es probable que su especie pase al olvido, es cuestión de tiempo.

Y claro que la fama llega también al mundo animal, de seguro escuchó hablar o leyó de Laika, la perrita enviada al cosmo; rió con las ocurencias de la mona Chita -en realidad era macho- la inseparable compañera de Tarzán; o se impresionó con la lealtad e inteligencia de Lassie... qué decir de Keiko, la orca llevada al cine con el nombre de Willy, o del pulpo utilizado para pronosticar el desempeño del seleccionado alemán en una Copa Mundial de futbol. Los ejemplos servirían para una lista extensa y más.

Las abejas, en extremo laboriosas, los pájaros con sus colores y cantos, los gatos, los perros, los caballos, los felinos, los animales más grandes como el elefante o la ballena, todos sin excepción, merecen respeto, cuidados, comprensión, y claro, estudiarlos, saber de ellos al menos lo básico para cuando le pregunten no diga que Simba es el rey de la selva. 

Claro que es muy importante leer sobre cada uno de ellos, conocerlos, saber de sus características, sólo entonces se podrá opinar sobre el tiburón, a quien los especialistas consideran un modelo de la evolución (con sus más de 400 millones de años), y que también se extingue por la ambición del hombre y lo codiciadas que son las aletas... algunos pescadores le quitan la aleta al tiburón y lo dejan sangrando. Cómo se puede calificar tal acción.

 

Sirvan estas líneas como un llamado a ganar conciencia, al menos en abril, sobre quienes comparten también el planeta tierra: los animales.

 

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