Ante las dificultades de operar en México por la prohibición al uso de animales, algunos circos mexicanos se han mudado a Estados Unidos, donde ofrecen su espectáculo de acróbatas y payasos en distintas ciudades, acogidos por la comunidad de inmigrantes.
El Circo Hermanos Vázquez, el más grande de todos ellos, tiene ya tres años trabajando exclusivamente dentro de Estados Unidos, ofreciendo diversión cien por ciento en español, visitando cada año entre 13 y 14 ciudades con alto porcentaje de población hispana, incluyendo Dallas, Houston, Denver, Atlanta, Nueva York y Chicago.
Otros circos más pequeños también han trasladado sus carpas para instalarlas al norte de la frontera y ofrecer esparcimiento en vivo, como el Circo Ticolini, el de los Hermanos Aguilar, el Circo Osorio y el Circo Hermanos Caballero, entre otros.
El Circo Hermanos Vázquez, que debutó en Dallas el pasado fin de semana, ofrece en este país un espectáculo completo que incluye payasos, ventrículos, contorsionistas, malabaristas, trapecistas y el tradicional “hombre bala”, además de animales como caballos y perros.
“Un circo sin animales, la verdad es que no es un circo, nosotros por eso estamos en Estados Unidos”, dijo a Notimex Guillermo Vázquez Jr., uno de los cinco hermanos Vázquez, actuales propietarios del circo y miembro de la tercera generación de la familia dedicada a este espectáculo.
“Nuestro país nos cerró las puertas con esas políticas”, afirmó y lamentó la aprobación en México a finales de 2014 de la ley que prohíbe el uso de ejemplares de vida silvestre en los circos.
Guillermo Vázquez aseguró que la prohibición “fue una onda política”. “Eran intereses de terceros que vinieron a decir a los más débiles: 'bueno vámonos contra el circo'”.
“En México sigue habiendo corridas de toros… ¿no es así?”, cuestionó Vázquez, al apuntar que la ley no ha frenado el maltrato a los animales. “La gente sigue comiendo carne. ¿Entonces que culpa tenía el circo?”.
“Son simples políticas de un partido político que quiso agarrar ese momento y pues aquí estamos”, dijo Vázquez, quien funge en el espectáculo como maestro de ceremonias y luego de haber trabajado en México cómo domador de tigres.
“Aquí tenemos caballos, tenemos un acto de granja padrísimo donde participan mis sobrinos, la cuarta generación de artistas del circo, y podemos tener tigres y elefantes, pero en esta ocasión no los tenemos porque cambiamos el espectáculo cada año, tal vez el año que entra los traigamos, pero aquí en Estados Unidos sí se puede”, comentó.
Renzo Ticolini, propietario del Circo Ticolini, un artista colombiano que trabajó muchos años en México cómo trapecista con los hermanos Vázquez y con otros circos, dijo que además de la prohibición al uso de los animales en las carpas, él se decidió trasladarse a Estados Unidos por la seguridad.
“Es mucho más complicado. Es diez veces más caro, pero es diez veces más seguro”, indicó. “En México es mucha la inseguridad, la extorsión”.
Ticolini aseguró que en los circos los animales son bien tratados. “Cómo vas a maltratar a lo que te da de comer”, señaló.
En Dallas, el Circo Hermanos Vázquez se instaló en el extenso estacionamiento de un centro comercial de la década de los años 1970, ubicado frente al “Gallerias Dallas”, uno de los “malls” más grandes de la ciudad.
El circo, que los padres de Guillermo Vázquez fundaron en 1969 en un barrio de la Ciudad de México, ha crecido exponencialmente y constituye ahora una comunidad de 200 empleados, 150 de ellos mexicanos y 50 originarios de otros países.
La caravana se traslada de ciudad en ciudad en un convoy de cien vehículos, coordinados desde una oficina central ubicada en la comunidad de Donna en la frontera de Texas con México. Dallas (NOTIMEX)