Por Angélica Guerrero México, 17 Oct (Notimex).- Hace unos días fue entregado el Premio Nobel de Física 2017 a los científicos que contribuyeron a la detección de las ondas gravitacionales ya predichas por Albert Einstein y que representaron una nueva manera de entender el universo, y, este lunes, científicos internacionales en todo el mundo anunciaron un descubrimiento adicional.
Si bien las ondas gravitacionales que se habían detectado en 2015 pertenecían a la fusión de dos hoyos negros, los científicos anunciaron la detección de un nuevo evento de ondas gravitaciones pero esta vez provocadas con la fusión de dos estrellas de neutrones -cenizas estelares que concentran 1.4 veces la masa del Sol-.
En entrevista exclusiva con Notimex, los investigadores del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) William Lee y Alan Watson explicaron que el descubrimiento tuvo lugar el pasado 17 de agosto debido al Laser Interferometric Gravitational Wave Observatory (LIGO, por sus siglas en inglés) en conjunto con el nuevo detector de ondas en Italia llamado Virgo.
Señalaron que esas ondas gravitaciones -temblores en el espacio tiempo que viajan a la velocidad de la luz- más un destello de rayos gamma dos segundos después, fueron detectados en la galaxia NGC4993 a 130 millones de años luz.
"Cuando fusionan (las estrellas de protones) forman algo, no estamos completamente seguros de qué es. Algo de lo que pasa es que este material está tirado en el plano de órbita y también se forman un par de chorros que salen a velocidad casi de la velocidad de la luz en los dos ejes de la órbita", señaló Alan Watson.
"Se hizo creación de elementos químicos de la parte pesada de la tabla periódica que fueron eyectados al medio interestelar y que igual y al rato van a andar por otra estrella en esa galaxia", complementó el doctor William Lee.
Indicó que de 2015 a la fecha han ocurrido cinco detecciones de ondas gravitacionales, cuatro por fusión de hoyos negros y este último por la fusión de dos estrellas de neutrones, "quiere decir que sucede bastante seguido", afirmó.
Los expertos que participaron en la investigación desde el lado mexicano destacaron, además de la detección, el hecho de haber visto su contraparte en rayos gamma con el satélite FERMI que opera la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA po sus siglas en inglés).
"Entonces podemos decir que por primera vez también un fenómeno de esta naturaleza es observado por su emisión de ondas gravitacionales y por la luz al mismo tiempo. Hasta hace dos años sólo conocíamos el universo por pura luz y ahora es como con otro piano, una nota distinta en el mismo piano", recalcó Lee.
Participación mexicana La detección que este lunes también se publica en la revista Nature, fue realizada por astrónomos de nueve países, encabezados por la doctora Eleonora Troja del Centro de Vuelo Espacial de la NASA y que incluye a los doctores Alan Watson y William Lee del Institito de Astronomía de la UNAM.
Dado que el evento fue detectado en el hemisferio sur, los telescopios mexicanos se abocaron a entregar información complementaria los siguientes días con la infraestructura del Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir, el proyecto DDOTI, RATIR y el observatorio HAWC en la Sierra Negra de Puebla.
"Entonces nuestra contribución fue contribuir al análisis de estos datos para demostrar que esto es muy consistente, lo que vimos en luz óptico infrarrojo, rayos x y es muy consistente", informó Watson.
Gran descubrimiento para la ciencia Ambos investigadores confesaron que aunque ya esperaban que existieran ondas gravitacionales provocadas por dos estrellas de neutrones imaginaron que su detección sería varias generaciones después, por lo que encontrarlas fue un hecho que llenó de júbilo a la comunidad internacional, pues se agrega una forma más completa de estudiar el universo.
Los científicos coincidieron también que el hallazgo se produjo por las mejoras de la tecnología, así como por la comunicación y coordinación internacional para dar aviso en manera rápida y confiable.
"Son esfuerzos que no dan frutos en seis meses o un año o dos años, LIGO es un proyecto que costó más de mil millones de dólares durante más de tres décadas, entonces eso requiere una continuidad de política, financiamiento y voluntad de grupos tras el cualquier esquema político de administración que quieras", agregó.