Por Catherine LUCEY
Diciendo que fue un “día muy, muy triste” para él personalmente y para el país, el presidente Donald Trump viajó el miércoles 4 a Las Vegas, donde un atacante mató a 59 personas durante un concierto.
El mandatario se reunió con supervivientes y autoridades de agencias del orden tras el peor tiroteo masivo en la historia moderna de Estados Unidos.
El Air Force One aterrizó en el aeropuerto cerca del famoso bulevar de Las Vegas durante la mañana, soleada y despejada.
Trump llegó a Las Vegas tres días después de que un atacante abrió fuego desde el piso 32 de un hotel y casino contra una muchedumbre que había ido a un festival de música country. El atacante Stephen Craig Paddock mató al menos a 59 personas e hirió a 527. Algunas de las víctimas sucumbieron por las balas, otras al tratar de escapar en medio del caos.
“Es algo muy triste. Vamos a honrarlos y ver que la policía que ha hecho un trabajo realmente fantástico en muy poco tiempo”, dijo el presidente.
Antes de partir hacia la Casa Blanca, Trump dijo a reporteros que las autoridades están “averiguando mucho más” sobre el atacante y que estarían “anunciando (esta información) en su momento dado. Es una día muy, muy triste para mí personalmente”.
Trump estuvo acompañado de la primera dama Melania Trump. El líder de la bancada mayoritaria de la cámara baja Kevin McCarthy dijo que él y el representante Mark Amodei, republicano de Nevada, también visitarían Las Vegas.
El martes, al salir de la Casa Blanca hacia Puerto Rico, Trump calificó al atacante de Las Vegas como “demente” e “individuo muy, muy enfermo”. También elogió a la policía de Las Vegas, diciendo que ellos habían hecho un “trabajo increíble”.
Cuando se le preguntó sobre leyes sobre armas, el presidente respondió: “Estaremos hablando de leyes sobre armas a medida que pase el tiempo”.