Es indudable que la administración del presidente Donald Trump ha sido un caos. En el breve tiempo que lleva en el poder, la presidencia se ha visto envuelta en una polvareda en la que no se atisba nada claro.
Las promesas que hizo durante su campaña se han hecho añicos, sus simpatizantes -tampoco- pueden negar que Trump les ha fallado. Por lo menos hasta ahora.
Sin embargo, la declaración que hizo el Director del Comité Nacional Demócrata, Tom Pérez sobre la votación en el Senado -que avanza la derogación del Obamacare-, es profunda y debe motivar a una reflexión sobre la responsabilidad que tienen los funcionarios electos mediante el voto de la gente.
“Donald Trump y los republicanos del Congreso han ignorado a las personas que se supone deben representar y han roto sus promesas, dándole la espalda a la decencia humana.
“Si logran derogar el Obamacare, el legado del partido republicano será de familias en la quiebra; niños que padecen enfermedades sin recibir tratamiento; personas muriendo porque no pueden pagar el cuidado que les mantendría vivos. Este es el futuro que Donald Trump, Mike Pence y los republicanos del Congreso quieren para los Estados Unidos: una nación destrozada por la crueldad. La historia y los votantes no olvidarán que cuando buscaron valor en el partido republicano, lo que encontraron fue cobardía.
“No nos dejemos engañar. No importa cómo lo llamen, su objetivo es derogar el Obamacare y quitar el acceso a la salud a millones. Es tiempo de que llamen a sus representantes y les digan que el acceso a la salud es un derecho para todos, no un privilegio para unos pocos”.
Por otro lado, en un esfuerzo bipartidista, con el “Dream Act 2017” los legisladores Lindsey Graham y Richard Durbin proponen darle la residencia de forma condicional a centenares de miles de jóvenes indocumentados que llegaron siendo jóvenes al país, proyecto que incluye un camino para legalizar la permanencia de jóvenes indocumentados que se les conoce como Dreamers.
De ser aprobado, el proyecto de ley titulado Ley del Sueño 2017 (The Dream Act 2017) otorgaría un estatus de residente condicional a los Dreamers, y el secretario del Departamento de Seguridad Nacional cancelaría las órdenes de deportación que pesan sobre ellos.
El proyecto de ley surge en momentos que al menos 10 estados encabezados por Texas esperan una respuesta por parte del fiscal general Jeff Sessions, a quien le pidieron que antes del 5 de septiembre anule la acción ejecutiva del 2012 (DACA), que protege temporalmente de la deportación a poco más de 788 mil Dreamers, quienes además recibieron un permiso de trabajo renovable cada dos años. De no eliminar el beneficio, los estados amenazan con acudir a los tribunales de justicia.
Pero la Casa Blanca advirtió que el presidente Donald Trump no apoyará el proyecto. “La Administración (de Trump) se ha opuesto al ‘Dream Act’ y es probable que sea coherente con eso”, señaló el director de asuntos legislativos de la Casa Blanca, Marc Short.