Zulma Nieves: Amo ser emprendedora

Por Roberto PELÁEZ

No puede evitar que los ojos se le humedezcan, sin embargo continúa la conversación. Sí, soy de Puerto Rico, allí están mi papá y sus hermanos, aquello se recupera poco a poco después que el huracán María acabó con todo, señala, ahora mismo papá ya cuenta con corriente eléctrica, y según me dice también algunos hospitales, pero aún el panorama es desalantador, tienen que sobreponerse.

Zulma Nieves es lo que muchos llaman una guerrera en toda la extensión de la palabra, con ocho años recién cumplidos se traslada a California en compañía de su mamá y una hermana

El pequeño Marc Anthony vive orgulloso de su mamá, sabe que ella es una guerrera, que no baja la guardia ante los problemas, es de esas personas que se crece frente las dificultades, no importa lo grande que éstas sean, es más, cada prueba difícil es un reto. 

Zulma Nieves es oriunda de Puerto Rico, y cuando tiene ocho años su familia se traslada a California... viajamos mi mamá, mi hermana y yo, apunta la inquieta entrevistada; pese a mi corta edad me doy cuenta de que mamá se sacrifica al máximo para darnos una buena crianza, educarnos, que no nos falte lo imprescindible, abunda.

Recuerdo, prosigue, que ella toma el bus por una hora y media para llegar al trabajo, labora entre 12 y 14 horas, luego regresa, y así cada noche, rememora, sin quejarse, sin un lamento, al contrario. Ella es mi espejo, en ella me veo, sólo pongo en práctica lo que aprendí y aprendo con su ejemplo.

Nunca nos falta el apoyo de mamá, éramos pequeñas, pero no olvido sus ojos, la manera de mirarnos cuando nos dice: hagan sus sueños, luchen por lo que aman... pongan pasión en lo que hacen, nos dice una y otra vez. Estudio negocios y marketing, es algo que me gusta mucho, le pongo todas las ganas, y puedo decir que mi título se lo debo a mamá, a su aliento.

Mamá se mantiene sin pareja por varios años, hasta que conoce a mi padrastro, él cambia la vida de ella, la nuestra, debo reconocer que contribuye a nuestra lucha por las aspiraciones, viene a ser un tronco más dentro de la familia.

No, responde Zulma a una pregunta de El Mundo, nunca perdemos el español, con mamá hablamos español, y delante de mi padrastro en inglés, pero mantenemos nuestro idioma natal, enfatiza.

A los 21 años nos mudamos a Las Vegas, de eso hace 18 años, explica la mujer que tengo delante, habla de algo, salta a otra cosa, ríe, da la impresión de tener un cerebro ‘trimotor’.

Sabe, por un tiempo estoy en una agencia de venta de autos, ahí comprendo que necesito estudiar, todos los días se aprende, acota, y yo soy, lo reconozco, una ‘enferma’ a aprender, a conocer, me motivo mucho.

Cuando me enfermo trato de verle el lado bueno a estar en casa, ya viví ese proceso, entre la enfermedad, los medicamentos, mi ansiedad, llego a pesar más de 200 libras, pero ‘descubro’ algunas de mis pasiones, valoro el tiempo al lado de mi hijo, lo disfruto a plenitud, escucho música de tríos, platico con mamá...

Se imagina, una pensar que va a morirse y no se muere, es una posibilidad única, asegura, aprovecho para hacer un inventario de mi tiempo, si antes tengo la posibilidad de hacer mucho dinero, de tener mi propio negocio, de trabajar sin mirar el reloj, pues saco la cuenta, nada suple el estar al lado de mi pequeño, y hago mi apuesta: voy a vivir, a hacer lo que más deseo, afirma.

Cuando Oscar Toro y Nick Maldonado me ofrecen trabajo, cuenta, me parece una excelente oportunidad porque el mundo de las finanzas me atrae; me gusta educar a los clientes, hablarles de estabilidad, enseñarles de créditos, qué aspectos deben tener en cuenta a la hora de comprar casas, como adquirir dinero, explicarles lo que sé de ciclos económicos.

Siempre le digo a la gente que vengo de una familia pobre, dependíamos de mamá, y con mi trabajo me pago mis estudios, es algo de lo que vivo orgullosa... ahora ahorro para mi hijo.

Me gusta, abunda, ofrecer consejos, le digo a las mujeres que busquen la paz espiritual, mental, estén en paz con ellas mismas, se miren por dentro, hagan por ellas mismas, sueñen en grande, indica.

 

¿Mamá? Sí, ella vive a seis minutos de mi casa, , qué sería de mi sin su apoyo.

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