Valentina González y el marcado deseo de aprender

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Por Roberto PELÁEZ

La joven plantada frente a mí tiene una herida, una herida terrible, de esas que no cierran, no hace mucho perdió a su madre... de sólo 40 años. No se recupera de esa tremenda ausencia, pero no se amilana.

Valentina González es oriunda de la ciudad de Cali, Colombia. Hija única. “Allí estudio comunicación, dice, es algo que me apasiona, disfruto mucho esos años de aprendizaje, al graduarme me involucro en varios proyectos universitarios junto a otros estudiantes, estaba deseosa de poner en práctica lo que me habían enseñado, aproveché también para tomar muchas fotografías”, resalta.

Sin embargo la vida de la entrevistada da un giro. Hace alrededor de 18 meses viaja a Estados Unidos, fija su residencia en Las Vegas, comienza a trabajar, a cuidar a su señora madre.

Como miles, millones de inmigrantes, inicia su vida laboral, a trabajar en algo que en absoluto tenía -tiene- que ver con lo estudiado, las materias a las que dedica años. “Para mí era indispensable trabajar, apunta, era sin dudas algo que no podía posponer, y le agradezco a las personas que accedieron a darme una oportunidad, no puedo decepcionarlas, al contrario

“Trabajo, subraya, en un restaurante italiano dentro del hotel y casino Venetian, el Canaletto, ya puedo platicar con propiedad de ‘lenguini alla bacarella’, el ‘tagatelle alla castellana’, del ‘tiramisú’, y otros platos.

“Poco a poco me adentro en ese mundo de las pastas, la cocina italiana, pongo todo mi interés también en aprender idiomas, específicamente el inglés... al restaurante van mucho clientes italianos y estadounidenses, platicar con ellos sin dudas me ayuda, eso para mí es una prioridad, asimilar lo del idioma, hablarlo con fluidez me puede abrir otras puertas, tengo la confianza, la certeza de que así será”, asegura.

Luego deja sentado “quiero vincularme más a la comunidad, participar en eventos a los que no he podido asistir por diferentes circunstancias, conocer a otras personas, colombianos, no importa la nacionalidad.

“También contemplo asistir a actividades culturales, exposiciones, talleres literarios (reconoce que le gusta escribir poemas), escribir, hacer algunas notas para medios de prensa, ir a estaciones de radio”, advierte.

“Sé de algunos eventos porque leo sobre ellos en el periódico, también en las redes, y considero oportuno acercarme, conocer de los grupos comunitarios, las ferias de salud, tal vez pueda hacer algunas entrevistas y enviarlas a los medios, sin embargo (insiste) comprendo que mis prioridades pasan por aprender”, reitera.

“Me platicaron de un taller sobre técnica de narración el sábado 27, quiero ir, escuchar, quizás pueda emitir algún criterio, intercambiar, pero sobre todo aprender, ver si me involucro o tomo parte en esas actividades, ser receptiva, comprendo que estoy en un momento en que debo asimilar, adquirir conocimientos, abrirme paso, todos pasamos por esta etapa”, precisa entusiasmada.

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