Por Roberto PELÁEZ
Cuando la grandeza está en dar
Las conferencias sobre autoestima, superación personal, cómo enfrentar los tiempos complejos que vivimos (impartidos por Dulce Guzmán) continúan y traen consigo el agradecimiento de muchas personas.
“De cada una de sus conferencias salimos más optimistas, entusiasmados, aparte del tiempo que nos concede Dulce, lo hace de manera incondicional, y eso no podemos menos que agradecerlo”, destaca Nora Uribe, del Club de Ecuatorianos de Las Vegas.
A manera de ‘secreto a voces’ Uribe comenta que en la última conferencia quieren entregar un reconocimiento a “quien nos enseña a crecernos ante las dificultades, a valorarnos nosotras mismas, y eso no puede pasar inadvertido... tenemos una excelente opinión de la labor que lleva a cabo Dulce, y se lo queremos hacer saber”, resalta.
Muchas personas al emitir sus criterios sobre la conferencista coinciden en resaltar que “Dulce Guzmán es de esas personas que se multiplica, persevera en transmitir sus mensajes de aliento”.
No por gusto la misma Guzmán esgrime que ‘se deben hacer pequeñas cosas con gran amor’. Tal vez la frase la retrate de cuerpo entero, de ahí su entrega y dedicación.
Procedente de Puebla Zaragoza, en México, la distinguida mujer que traemos a nuestras páginas en esta edición es de las que cultiva el arte de la felicidad.
“La compasión, el amor, el agradecimiento, no pueden faltar en nuestra receta o fórmula para alcanzar la felicidad, dice, pretendo en mis conferencias que la gente aprenda a quererse ella misma, a darse amor, a tratarse con cariño, y luego ese mismo sentimiento lo lleve hasta los demás”.
La propia Uribe reconoce que “Dulce es una mujer muy ocupada, tiene que ver con muchas cosas, sin embargo encuentra tiempo para escuchar, multiplica su tiempo para acceder a ofrecer conferencias, platicar con la gente, y de paso -dice- pues aprende de nosotras, estamos muy animadas, contamos las horas para volver a reunirnos con ella, sus terapias nos hacen mucho bien, ayudan para mantener la salud mental”.
A lo largo de la historia muchas personas se han referido a la importancia de ser buenas personas, poner en práctica, por ejemplo, la bondad, pero ésta no es sólo dar, es relevante hacerlo de manera desinteresada.
Escuchar a Guzmán incita a afirmar ‘que el mayor tesoro es el amor’, debemos querernos nosotros mismos, darnos cariño y abrazarnos. Para amar a los demás es esencial amarse primero a uno mismo.
Pero las conferencias no se quedan ahí ¿Ser buenas personas consiste en tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros? Ni más ni menos. Sus aleccionadoras pláticas tienen que ver con la vida diaria, con cada momento de esto que llamamos vida. Resaltan que la benevolencia, la bondad, la comprensión, tienen que ver más que todo con personas de alta autoestima.
No es extraño entonces que ‘la mujer de esta semana’ pregunte: ¿recuerdan a la persona que estuvo a su lado cuando más lo necesitaban? Pues es mismo recuerdan las personas a las que regalas esos gestos... pudieran parecer momentos insignificantes, sin embargo significan mucho. Uno escucha a Dulce Guzmán para (sencillamente) aprender. Ella enseña que cada persona que se cruza en nuestro camino puede enseñarnos algo.
“Siempre salimos reconfortadas de cada una de sus conferencias, ella es de las personas que nos brinda las herramientas para querernos más y dar amor a los demás, ser mejores personas, nos deja un significativo aprendizaje”.
En tiempos complejos, difíciles, como los que vivimos, Guzmán reconoce que las circunstancias excepcionalmente adversas le brindan al hombre la oportunidad de crecer.
El amor es el camino, vale tener el corazón lleno de agradecimiento. Y eso es lo que esta mujer de Las Vegas esgrime como bandera. Gracias.