La hidratación se refiere a la incorporación de agua a tu cuerpo y es un proceso natural del organismo, mientras que la humectación habla de los productos que aplicas para mejorar la retención del agua en la superficie de la piel con el propósito de que se sienta suave.
El agua es lo primero que debe formar parte de nuestra dieta diaria, es la principal fuente de hidratación de la piel. Es uno de sus principales componentes y participa en la absorción del resto de nutrientes.
Tu piel triunfa cuando está hidratada correctamente, pues la hidratación influye en el aspecto y la textura de tu piel, ayudándola a estar más suave y delicada. Mientras los humectantes ayudan a mantener la humedad de la piel, la hidratación le añade agua.
Aunque tomar agua contribuye a un estilo de vida saludable, no mejorará de inmediato la piel reseca, pero puede incluir un paso de humectación en tu rutina del cuidado de la piel.
Los productos de calidad superior no son la única manera de incrementar y mantener la hidratación de tu piel. Usar un humidificador puede ayudarte a notar la diferencia en la humectación de tu piel en los meses secos, el invierno o cuando pasas mucho tiempo donde hay aire acondicionado. Trata de evitar largas duchas con agua caliente para ayudar con la retención de humedad.