Para ser bonita no es suficiente recurrir a todo lo que tiene que ver con la belleza externa, es necesario cuidarse por dentro, y en ello tiene que ver la alimentación. Somos lo que comemos.
Una mujer sana debe pensar en alimentarse de manera balanceada, conceder importancia a las vitaminas, a las frutas y vegetales, a la ingestión de calcio y lo que de brillo a nuestra piel.
Los huevos, las lentejas, las verduras, aportan vitamina G, que quizás es una de las que menos se platica, pero que tiene que ver con el color y lo terso del cutis.
La lechuga, la col, berro, acelga, eso sí, es preferible comerlas crudas (después de lavarlas muy bien) favorecen el brillo de la piel. Ayudan los jugos de naranja, zanahoria, pepinos, de toronja, manzana, ciruelas, son bebidas sanas y nutritivas.
Por intermedio de lentejas, espinaca, remolacha, la misma zanahoria, combatimos la anemia, además, dan color al cutis, sin importar el color de la piel.
Con una dieta rica en yodo (iodo) aportamos al brillo del cabello (mariscos, ajo, piña, aceite de bacalao)