Olga Gabriela Flores... La entrega total al trabajo

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Por Roberto PELÁEZ

“Los únicos errores que cometemos en la vida son las cosas que no hacemos”  - Emma Thompson

Allá en su natal Puebla Olga Gabriela Flores quizás acarició la idea de estudiar, pero la realidad de la vida le deparó otros derroteros. Ella lo resume en pocas palabras.

“La difícil situación económica fue más fuerte que mi aspiración, destaca, al finalizar la secundaria básica, con 15 años, comencé a trabajar, si me preguntas creo que no he parado desde entonces.

“Primero, recuerda, me inicié en una fábrica de pantaletas, debía clasificar, separarlas por el color y la talla... puedo decir sin temor a equivocarme que por mis manos han pasado miles de pantaletas, de todos colores y tamaño, advierte, he visto a mi alrededor, desde pequeña a gente trabajadora, deseosa de salir adelante, cumplidora, ése es el ejemplo que he recibido.

“Hace 20 años decidí venir a los Estados Unidos, en busca de una vida mejor para mí y los míos, recuerda, estuve alrededor de seis meses en California, hasta que un día hice las maletas y vine a Las Vegas, prácticamente toda mi vida en este país ha sido aquí, y me gusta, he visto crecer  a mi familia”, afirma.

Niñera, cocinera, miembro desde hace ocho años de una compañía de mujeres que limpian casas, la entrevistada no se cruza de brazos. “Considero, dice, que todos los trabajos son dignos, entonces hay que estar prestas a enfrentar lo que haya que hacer para llevar el sustento a casa, es difícil hablar de empoderamiento si no eres capaz de de realizar este o aquel trabajo, estudiar, cumplir con la sociedad, y claro, ser un ejemplo para tu familia, tus vecinos, tus amigos, tus compañeras de trabajo, la comunidad.

“Como ve he desempeñado varios trabajos, en ocasiones me he cambiado por la mejoría, le aseguro que nunca lo he pensado dos veces para acometer un trabajo, una labor que me permita devengar un salario y llevar dinero a casa para mi familia, advierte; ya limpio casas desde hace varios años, trato de hacer mis deberes lo mejor posible, poner el mayor interés, que se vea el resultado de mi labor, mi entrega, mis deseos de que las cosas queden bien y el cliente complacido... está en juego el prestigio”, resalta.

El hijo mayor de Flores es músico, tiene 22 años, a él le sigue un adolescente de 13, que estudia “aunque debo comentarle, señala la entrevistada, que no creo le guste mucho la escuela, quizás pronto comience a trabajar, le he dado buen ejemplo de la seriedad con que se hacen las cosas”, y el más pequeño tiene 5, pronto irá a la escuela “ése parece más inclinado por los libros, por aprender, ya veremos”, comenta esperanzada.

Se refiere a la actividad efectuada en el Freedom Park con motivo del aniversario 160 de la Batalla de Puebla, “fue muy bonita, me gustó mucho que se recordara la fecha de una manera tan colorida, expresa, ver a tantos participantes... todos los años quiero venir, acercarme a la Federación de Poblanos de Las Vegas, disfrutar de un evento parecido”.

Se trata sin dudas de una mujer trabajadora, luchadora, que muestra desvelo por el cuidado de su familia, que vino a los Estados Unidos con la marcada intención de progresar, de encarar diversas labores, darle un buen ejemplo a sus menores.

 

“Vi, advierte, a mi familia ante una situación económica difícil, pese a mi juventud, a que tomaba lecciones, al graduarme de la secundaria opté por comenzar a trabajar, llevar algo de dinero a casa para ayudar, sin embargo no dejo de reconocer la importancia de la educación, de superarse, aprender, yo misma enfrenté la barrera del idioma, hoy, 20 años después, puedo decir que me hago entender y entiendo, eso me enorgullece, es una muestra de que con interés y fuerza de voluntad se puede”, concluye.

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