No hay nada como perseguir los sueños: Lynnette Zulquairnain

Por Roberto PELÁEZ

Lynnette Zulquairnain lo tiene decidido... los obstáculos son para salvarlos, poner a prueba la valentía, la decisión, la entereza, la voluntad, afirma.

Hija de padres oriundos de Vega Baja, Puerto Rico, desde hace unos 30 años reside en Las Vegas, y en plática para los lectores de El Mundo deja sentado que siente vocación por la psicología, más aún por la psicología infantil, es algo que me apasiona, sostiene.

Para cualquier persona, apunta, es primordial sentirse útil, y a mi me gusta el trabajo que realizo, asevera con una sonrisa, me ocupo de enseñar a los padres herramientas que le permitan manejar o tener el control de los niños, añade.

Sucede en ocasiones, enfatiza, que la atención que se brinda a los menores no es precisamente la mejor, incluso algunos padres acuden a la violencia, les pegan y corren el riesgo de que le quiten a sus hijos... hay pequeños hiperactivos, con dificultades en el aprendizaje en la escuela, y es necesario conocer técnicas para enfrentar ciertos problemas y de paso mantener la familia unida, resalta Medina, quien recientemente consiguió obtener su maestría de terapia ocupacional.

Es menester, agrega, que los padres dominen técnicas y sepan enfrentar las situaciones propiciadas por un pequeñín hiperactivo, o extremadamente tranquilo, o desobediente, o amante de sobresalir y ser el centro de todo, de replicar, con déficit de atención, muchas pueden ser las causas, y el padre no debe partirse por la primera y apelar a la violencia, pues los estudios demuestran de manera convincente que la violencia, los golpes, sólo traen consigo rechazo, deseos de venganza... vienen entonces problemas mayores, es preferible, insisto, que los padres conozcan, pregunten, se acerquen a los especialistas. 

Madre de cuatro hijos, de 17, 15, 12 y 11 años, respectivamente, la entrevistada asegura que tiene mucho apoyo de su mamá, gracias a ella, resalta, he podido en gran medida llevar a feliz término mis estudios, conseguir mi maestría es un sueño, fruto de mucho, muchísimo esfuerzo; cualquiera con cuatro hijos, uno de ellos con discapacidad, hubiera dicho no se puede, sin embargo me crezco ante los obstáculos, reitera.

Por supuesto, también me apoyan terapistas, personal de FEAT (Familia por un Tratamiento Efectivo del Autismo), pues mi hijo de 15 años es autista, y a todos ellos le estoy muy agradecida, afirma.

Mi madre está muy consciente de que persigo un sueño, trabajar y estudiar, deseo luego de mi maestría ayudar a muchas personas a mejorar su salud a través de una labor, que desarrollen habilidades manuales, aprendan algo, enseñarles es una labor que tiene mucho de noble.

Tengo la aspiración, y cada vez la veo más cerca, de abrir un negocio de terapia ocupacional, apunta, utilizar animales en dicha terapia, emplear a personas con necesidades especiales... considero que cuando concluya mis estudios de maestría, obtenga la licencia, estaré en condiciones de hacer realidad ese sueño.

Sabe, sostiene, si yo con cuatro hijos estudio y trabajo, cualquier joven lo puede hacer, mi mensaje es que prosigan sus estudios, traten por todos los medios de graduarse, de obtener un título, pues para enamorarse, tener hijos, comprar una casa, un carro, hay tiempo, lo importante es que estudien, y claro, que se puedan graduar.

Muchas veces, opina, los jóvenes no saben valorar la educación en toda su magnitud, y ésta vale mucho, es algo que uno adquiere y nada ni nadie le puede quitar, las cosas materiales vienen y van, sin embargo la educación queda.

 

Da un vuelco a la conversación y habla de la música de Puerto Rico, de su comida, del pastelón de carne, del asopao, y del arroz con habichuelas rojas, son platos exquisitos... un día lo voy a invitar periodista, concluye.

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