Mujer sin límite: Por qué no le caigo bien a mi suegra...

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Por María MARÍN

Había una vez, una suegra tan entrometida e insoportable que cuando murió, le escribieron en su tumba: “Aquí descansa ella, y en la casa descansamos todos ”… Un chiste que más allá de hacernos reír, le puede recordar a cualquiera cuán diferente sería su vida familiar si un día esa señora tan preguntona, cizañera y problemática que le tocó por suegra, se mudara lejos o incluso, se fuera a pasear con la difunta del chiste.

¿Qué tipo de suegra llegó atada al amor de tu vida? Aunque existen unas maravillosas y otras bastante buenas, no hay quien borre la mala fama que siempre han tenido las madres de las parejas. La queja principal es que son demasiado entrometidas, metiches o ‘presentá’. Se meten en asuntos que no deberían opinar, y “sin darse cuenta” comienzan a complicar la vida en pareja, incluso provocando divorcios.

Y no es que las suegras planifiquen una guerra para mortificar. Por naturaleza, casi todas son criticonas y siempre pensarán que hay mejores maneras de cocinar, criar un bebé y llevar un hogar. Opinar, preguntar y averiguar es el arma que usa su instinto maternal para “proteger a sus hijos” aún cuando se casan y se van de la casa. Pero la gran diferencia entre las suegras adoradas y las odiadas está en que las primeras no expresan todo lo que piensan, cuidando qué sale de su boca, mientras las segundas no piensan en el veneno que puede soltar una lengua criticona.

Puedes tratar de ganarte a una suegra, pero en el fondo no cambiará. Así que no te mortifiques con tratar de tener la ‘mother in law’  amorosa y perfecta que hornea galletas y te invita a tomar té. Preocúpate porque tu pareja le deje claro a su madre el respeto de cada espacio en la familia.

Un reciente estudio establece que quienes sienten ser rechazados, menospreciados y hasta odiados por la suegra, no deben sentir culpa. Según la revista Evolutionary Psychological Science se trata de un “conflicto genético” en el cual la suegra actúa inconscientemente a favor de su descendiente y no vela por el mejor interés de otros. La misma investigación también confirmó que la antipatía de la suegra se debe a que ella no escogió tener conexión, sino simplemente aceptar la decisión de los hijos al emparejarse… Recuerda, que no eres monedita de oro para caerle bien a todos, incluyendo a tu suegra. 

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