Por Roberto PELÁEZ
Quizás sin proponérselo, cada plática con Aurora Guzmán resulta algo motivacional. Oriunda de Nicaragua, vive desde hace alrededor de 15 años en los Estados Unidos, y no sorprende que sugiera: “los adolescentes y jóvenes hispanos deben tratar de encontrar a alguien que pueda ser su mentor o mentora en el ambiente escolar y sobre todo, nunca olviden de dónde vienen ni adónde van... cuáles son sus aspiraciones y sueños”.
No lo piensa dos veces y afirma: “es difícil, nadie ha dicho ni está escrito que es fácil para el recién llegado encarar otro idioma, otra cultura, sin conocidos, ‘golpeándote la tristeza por la separación, es una prueba dura”, insiste.
“A mi me motivan, dice, las palabras del maestro de teatro cuando me acerco interesada en tomar lecciones: ‘lo siento, utilizamos muchas frases en inglés y como apenas comienzas, seguro no entiendes bien, te costará pasar esta clase’... aquella frase es como un detonante, no he podido olvidarla.
“Cuando comienzo en la escuela, recuerda, es como estar en otro mundo, no entiendo nada, es frustrante no poder comunicarse, le ha pasado a miles, millones de personas que llegan a este país sin conocer el idioma, nos toca hacer el doble de esfuerzo.
“Por mi experiencia, continúa, es muy conveniente tomar lecciones de (ESL), a cargo de profesores que hablan más pausado y poco a poco adaptarse, sin perder de vista lo que deseamos, prepararnos para futuros estudios”.
Atiende una llamada telefónica, ofrece una disculpa, y reanuda la conversación “cuando me siento segura platico con mi maestra, le dije que después de un año de estar en (ESL) quería entrar a clases regulares, me respondió que el programa duraba tres años, sin embargo si mis padres y yo firmábamos un documento para autorizarme a salirme del programa e integrarme a clases regulares, podía hacerlo.
“Comprendo entonces, advierte, que doy un paso de avance, aumentan las exigencias, la responsabilidad, debía aumentar las horas de estudios, hoy me doy cuenta que aquel ‘salto’ valió la pena; aconsejo a los estudiantes de (ESL), apunta, que cuando se sientan seguros de sus conocimientos no descarten la idea de pasar a clases regulares, pongan a un lado el miedo, que se atrevan, es una magnífica experiencia.
“Mi mayor motivación es estudiar, precisa, graduarme, estar en condiciones de ayudar a la gente, entrar al mundo del teatro, claro, sin perder el piso, sin olvidar mis raíces... conocer a otros nicas, a otros hispanos con mis inquietudes es como un bálsamo”.
Guzmán concluye sus estudios de high school, acude al CSN en la ciudad de North Las Vegas, “y luego me traslado a la Universidad de UNLV donde obtengo mi Bachelor’s Degree en Social Work, algo que me encanta, asevera, tiene que ver con lo que le dije antes de ayudar a la gente, estar cerca de sus problemas, brinda la posibilidad de ser útil... le estoy muy agradecida a mis padres, a mis maestros, a mis mentores, cada uno de ellos resulta para mi inestimable, como lo son también algunos amigos.
“Quién le iba a decir a aquella adolescente, comenta, casi niña, temerosa del idioma inglés, de casi todo lo que le rodeaba, que hoy estaría en condiciones de asistir a la comunidad con referidos para diferentes dificultades sociales como violencia doméstica, abuso de drogas y alcohol, salud mental, albergues, y jóvenes que quieren seguir sus sueños educativos y han tenido uno o más embarazos... es como un sueño”, sostiene.
“Miro atrás, dice, y recomiendo a los jóvenes, a los adultos que no descansen a la hora de perseguir sus aspiraciones, no se dejen influenciar por otros que no desean su bien... nunca faltan los ‘buenos’ amigos que no aconsejan lo que es más conveniente, y hasta familiares desmotivadores, pero es preciso seguir adelante, luchar por lo que uno cree y quiere”, sentencia.