Por Roberto PELÁEZ
Hija de padres puertorriqueños, oriundos de Vega Baja, enfatiza Lynnette Medina, desde hace casi tres décadas la entrevistada reside en la bien llamada ‘Ciudad que no duerme’: Las Vegas.
Es así como le dije antes, apunta sonriente, estoy convencida de que los obstáculos solo ponen a prueba nuestra valentía, para ver si tenemos realmente entereza, fuerza de voluntad, y conseguimos salir adelante... hay que tener decisión, abunda.
Claro, prosigue, no puedo decir que lo que he conseguido en mis estudios de terapia ocupacional y mis pretensiones con la psicología infantil lo he hecho sola, mi madre, mi esposo, un grupo de terapistas, todos me han tendido la mano, y les agradezco.
Tengo un hijo de 14 años, es autista, y en ese aspecto valoro mucho la ayuda brindada por especialistas de FEAT (Familia por un Tratamiento Efectivo del Autismo), no me puedo quejar, al contrario, significa.
Tanto mi madre como mi esposo están conscientes de que persigo un sueño, sostiene, trabajar y estudiar, obtener la maestría en terapia ocupacional para ayudar a muchas personas a mejorar su salud gracias a una labor determinada, que exige constancia, me gustaría que desarrollaran habilidades manuales, que puedan aprender algo, enseñarles es una labor muy hermosa, noble, entre muchas de las que vale la pena sentirse orgullosa, ser una persona realizada.
Para cualquiera, apunta, es tremendo sentirse útil, y tengo que decir que me gusta mucho el trabajo que realizo, me ocupo de enseñar a los padres herramientas que le permitan manejar o tener el control de los niños, acota.
Ocurre a veces, explica, que la atención brindada a los menores no es precisamente la mejor, incluso algunos padres acuden a la violencia, les pegan y corren el riesgo de que le quiten a sus hijos... hay pequeños hiperactivos, con dificultades en el aprendizaje en la escuela, y es preciso conocer técnicas para enfrentar ciertos problemas y de paso mantener la familia unida, deja sentado Medina.
Es necesario, argumenta, que los padres conozcan de técnicas, tengan las herramientas para enfrentar las situaciones propiciadas por un menor hiperactivo, extremadamente tranquilo, o desobediente, o amante de sobresalir y ser el centro de todo, de replicar, con déficit de atención, entonces el padre no debe partirse por la primera y acudir a la violencia, pues los estudios demuestran que la violencia, los golpes, sólo traen rechazo, deseos de venganza... y ese no es el procedimiento.
Sabe, comenta, si yo con cuatro hijos estudio y trabajo, creo que cualquier joven lo puede hacer, mi mensaje es que continúen sus estudios, se esfuercen en graduarse, no es fácil, lo fácil es rendirse, pero lo importante es graduarse, obtener un título; siempre hay tiempo para enamorarse, tener hijos, comprar una casa, un carro, deja sentado y su rostro se pone serio, pensativo.
Mueve la cabeza de un lado a otro y da un vuelco a la plática, se refiere entonces a la música de Puerto Rico, una isla tan pequeña, dice, y con tantas estrellas; después habla de su comida, del pastelón de carne, del asopao, y del arroz con habichuelas rojas, son platos exquisitos...