Por Roberto PELÁEZ
La entrevistada de esta semana no necesita presentación, ella, como muchas otras mujeres en el valle es una apasionada defensora de la educación, por eso no sorprende que tenga entre sus prioridades que la gente se supere, se haga de las herramientas necesarias para salvar obstáculos y salir adelante.
Oriunda de Sinaloa, México, resalta la rica comida de aquel lugar, la fama que tienen las bandas musicales, “no todo es violencia y narcotráfico... hay muchas cosas buenas”, asevera.
“Vivimos en esta hermosa nación, comenta Gladys Carpo, y es importante aprender a ahorrar, saber identificar lo que llamo ‘gastos hormiga’, o por llamarlo de otra forma ‘compras innecesarias’, analizar por dónde literalmente se nos escapa el dinero, por ejemplo, si es en compras superfluas (comer fuera de casa con frecuencia, regalos, adquirir cosas que ya tenemos, que no necesitamos), lo importante es detectarlo y adoptar las medidas para evitar esos gastos y de paso ahorrar.
“Respecto a la educación, continúa, es algo esencial, tal vez en nuestros países no tenemos una figura sobresaliente que nos motive a estudiar; aquí vemos que los americanos preguntan, quieren saber, mientras nosotros nos cohibimos; el saber nos abre puertas, nos facilita hacer realidad los sueños, las metas”, resalta.
Platica del programa ‘Latinos inmigrantes’, y afirma: “contamos historias que inspiran, nos interesamos por conocer como alguien llegó donde está a base de sacrificio, entonces nos decimos... yo también puedo llegar, pero eso exige esfuerzos, dedicación; después el programa se revolucionó, abordamos temas como la sexualidad, los llamados ‘hijos rebeldes’, jóvenes que quieren viajar a Europa y a los padres les preocupa la separación... son asuntos que nos tocan de cerca, analizamos también qué sucede con las personas abusadas, si tienen a quien llamar, adonde dirigirse”, advierte.
La entrevistada recuerda sus estudios de comunicación en su natal Sinaloa, que la primera vez que vino lo hizo de vacaciones, “se me acabó el dinero, apunta, no quería pedir a mi papá, y comencé a trabajar de niñera, luego inicié una relación con mi actual esposo, llevamos 17 años juntos, y ahí está mi hermoso hijo Gabriel, de 11 años, a punto de iniciar su sexto grado, él es un motivo de inspiración, nos incita diariamente a echarle ganas a la vida”, explica.
“Comunicadora al fin, dice sonriente, me gusta transmitir mis conocimientos, mis experiencias, a lo que me he enfrentado como inmigrante, que puede ser una historia parecida a la de muchos, y claro, escuchar a los demás, estoy convencida de que de todos podemos aprender, a veces hasta de la persona que nos parece más insignificante aprendemos una lección.
“Por ejemplo, prosigue, nunca en mi vida había conducido un automóvil, y la primera vez lo hice siguiendo las indicaciones (que por teléfono) me brindaba la madre de una niña, es algo que no he podido olvidar”, externa.