Por Roberto PELAEZ
Tiempo de partida (1984), Estaciones (2001) y El libro de Los tiempos (2011), clasifican como la carta de presentación de esta mujer que tengo delante, toda sensibilidad y poesía: Rosa Íñigo.
Peruana que decidió en el 2005 ‘echar el ancla’ en la ciudad de Las Vegas, platica de literatura y sus ojos adquieren un brillo especial; con el mayor desenfado se adentra en el mundo de las influencias y salen a relucir figuras de renombre como César Vallejo, José María Arguedas, Blanca Varela, Enrique Verastegui, César Moro…
“He tenido influencias literarias, apunta, desde la poesía clásica española, los cantos orales andinos y amazónicos, de valiosos escritores peruanos, porque yo, debo decirlo, escribo desde la infancia, el deseo de plasmar mis pensamientos en el papel me atrapa desde temprano”, resalta.
Vale destacar que Vallejo, por poner un ejemplo, quien solo vivió 46 años, dejó poemas que resisten el paso del tiempo, traspasan las fronteras. ‘Me moriré en París con aguacero/un día del cual tengo ya el recuerdo/me moriré en París -y no me corro-/tal vez un jueves, como es hoy, de otoño’. Sencillamente BRILLANTE.
A la hora de decidir qué estudiar, la entrevistada no lo duda un instante, enamorada de las letras, se inclina por Pedagogía y Humanidades, en la especialidad de Español y Literatura, toma lecciones en la Universidad Nacional del Centro del Perú.
Ya en la ‘ciudad que no duerme’, y siguiendo sus inclinaciones, establece vínculos con artistas y escritores, a través del ‘Grupo Literario Comala’, de sobresaliente labor.
“Desde el 2005, señala, hemos desarrollado varios de talleres literarios, con la participación de Antonio Rico, Jorge Luis Galindo, Jorge Rivera, Juan D’ Varela, Mapy Duran, entre otros valiosos creadores de la palabra, precisa, unidos por un objetivo común: la Creación literaria, junto a valiosas lecturas de escritores destacados de habla hispana e inglesa.
“Antes, acota, en mi país formo parte del grupo Literario ‘Cantar o Morir’, o sea, al llegar a Las Vegas tengo experiencia del quehacer de los talleres literarios, el intercambio entre creadores, que siempre trae consigo buenos dividendos y contribuye a enriquecer el trabajo artístico”, sostiene.
La poetisa Rosa Íñigo integra el Gremio de Escritores del Perú.
“He ‘viajado’, comenta, por la literatura anglosajona, escandinava, asiática, norteamericana e hispanoamericana contemporánea; me he adentrado en obras de Safo, Shakespeare, Goethe, Eliot, Rilke,Li Po, Wittman, Carson, Olga Orosco, Lezama Lima, entre muchos otros escritores reconocidos”.
Gustavo Adolfo Bécquer dejó sentado: ‘¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… eres tú.
La entrevistada advierte: “El poeta busca en su melodía interior, en el mundo exterior y en la lectura de sus antecesores, para dar una forma genuina individual a su lírica.
“La poesía, agrega, es una larga y asombrosa travesía de búsqueda, de encuentros y desencuentros, de luz y oscuridad, de sonido y silencio, de fuego y ceniza”.