La costarricense Sandra Azofeifa... Literatura y sentimientos de pie a cabeza

Por Roberto PELÁEZ

“Muchas veces escribimos no para entender a otros, ni para que nos entiendan, sino para entendernos nosotros mismos”, reflexiona la escritora costarricense Sandra Azofeifa, quien reside desde hace varios años en Las Vegas y ha publicado alrededor de una decena de libros.

Lee algunos de sus poemas en la tertulia literaria que cada sábado se efectúa cerca de Sahara y Sandhill, diserta sobre el uso de las metáforas, luego asevera: “tanto la felicidad como el éxito son diferentes para cada persona... y no sólo lo material cuenta”.

Defensora de la mujer, enemiga de la violencia, la destacada escritora ha publicado en más de una oportunidad textos relacionados con los derechos de la representante del mal llamado sexo débil.

“La mujer, apunta, también es capaz de muchos sacrificios, de cumplir múltiples tareas, de sobresalir en los estudios, en el arte, los deportes, las ciencias, los negocios, dentro de las fuerzas armadas... y lo peor es que muchas veces no se le reconoce, o al menos no como a los hombres”, advierte.

Con sano orgullo externa que “en ocasiones yo misma edito mis propios libros, es una satisfacción personal... en algunos libros escribo prosa, la intercalo con mis poemas, me gusta, es un estilo, me siento bien escribiendo, me apasiona”, resalta.

Salen a relucir títulos como ‘Las memorias de una tica en Las Vegas’, ‘Un viaje en escoba’, ‘Rincones’, ‘Rompiendo el silencio’, ‘Los Heliotropos’, ‘The Jasmines’...

En abril del 2016 ve la luz un libro significativo para esta escritora, ‘Rompiendo el silencio’, donde salen a relucir el abuso sexual y la violencia contra mujeres y niños. “Está dedicado a todas las víctimas de abuso sexual; es una invitación para que tanto las víctimas como sus familiares, denuncien este delito, que no callen por vergüenza o miedo”, comenta emocionada.

Su quehacer literario es, de manera considerable, un resumen de pasajes de su vida, apela a la poesía, ensayos, refleja experiencias vividas, a la vez que denuncia la violencia doméstica, el incesto, la discriminación, todo tipo de abuso.

“En mi modesta opinión, señala, toda mujer es feminista, puede escribir su propia historia, crear una cadena de poder y fuerza para alcanzar los sueños de una sociedad más justa e igualitaria, con mejores y mayores oportunidades para las mujeres”.

Respecto a la tertulia sabatina, destaca: “en ella me siento como en casa, se imagina, leer mi obra en español, escuchar a otras personas que también escriben poemas, cuentos, novelas, es algo a tener en cuenta, me alegra reunirme con escritores hispanos, saber que hay otras personas que se reúnen para dar a conocer lo que hacen... considero que ya hay una cifra considerable, podemos hacernos sentir aun más, mostrar a la comunidad nuestro arte, darnos a conocer, sería imperdonable quedar en el anonimato, aunque vislumbro que varios escritores hacen lo suyo primero que todo como una satisfacción personal, y eso también se respeta”.

Decir las cosas de manera elegante, que denota dominio de las técnicas a la hora de escribir, distingue el desempeño de esta mujer enamorada de las letras.

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