La afroamericana Kina Collins asegura que se inició en la política cuando con apenas siete años vio cómo otro niño moría de un disparo frente a su casa en Chicago. Asumió en ese momento la misión de acabar con la violencia armada y, por eso, ahora quiere llegar al Congreso de Estados Unidos.
“Conocía a la víctima y conocía a quien disparó. Eso cambió la trayectoria de mi vida”, narra Collins, de 31 años, en una entrevista con Efe.
La joven forma parte de la ola de candidatos progresistas que han revolucionado al Partido Demócrata en los últimos años y, como hizo Alexandria Ocasio-Cortez, aspira a derrocar en las primarias a un congresista veterano, en este caso Danny K. Davis, afroamericano como Collins y que representa el distrito 7º de Illinois desde 1997.
La prioridad de Collins es acabar con la violencia estructural que hace que las “balas empiecen a volar” por Chicago antes de que nadie apriete el gatillo.
Por eso cree que hay que empezar trabajando para reducir la pobreza que golpea a los barrios afroamericanos y latinos, donde faltan colegios, supermercados y tiendas donde comprar productos frescos.
“Cuando cierran nuestras escuelas, cuando hay racismo medioambiental, cuando vivimos en desiertos donde no hay alimentos. En todos esos casos, las balas ya están volando”, afirma con gesto serio.
Respeta la Segunda Enmienda de la Constitución que recoge el derecho a portar armas, pero cree que debe haber más regulaciones.
PROTESTAS RACIALES, CONVERTIR EL DOLOR EN PODER
Hija de sindicalistas, Collins asegura que “el activismo” corre por sus venas: participó de niña en actividades para erradicar la violencia de la escuela y, años después, se convirtió en una de las líderes en Chicago del movimiento “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan).
Fue una de las organizadoras de las marchas para reclamar justicia para el afroamericano Laquan McDonald, al que un policía blanco disparó 16 veces y cuya muerte desató enormes protestas por los supuestos intentos de la policía local para encubrir lo ocurrido.
El vídeo de la muerte de McDonald, que tenía 17 años en el momento de su muerte, fue publicado en 2015 más de 400 días después del suceso.
“Aprendí mucho. Aprendí lo que es el poder de la comunidad. Aprendí que se puede transformar el dolor en poder. Y lo más importante, aprendí que se pueden pedir cuentas a los responsables políticos. Todo el sistema conspiró para cubrir la muerte de McDonald; pero la gente joven y trabajadora fue capaz de derrotar al sistema”, cuenta a Efe Collins.
Aquellas protestas llegaron a paralizar el centro de Chicago y provocaron una depuración de responsabilidades en diferentes estratos de la ciudad además de la decisión del entonces alcalde Rahm Emanuel no se presentara a la reelección.
Para Collins, aquel momento fue sólo el principio, y en 2017 fundó la organización “Alianza de los barrios de Chicago” para luchar contra la violencia armada y ayudó a aprobar una ley estatal para defender los derechos de las mujeres y niñas.
Un año después, comenzó a trabajar con una organización que aboga por la creación de una sanidad pública universal en Estados Unidos.
UNA CANDIDATURA SURGIDA DE LA DESIGUALDAD
En 2020, desafió por primera vez a Davis en unas primarias, pero perdió. “Ahora he venido a terminar el trabajo”, declara desafiante.
Describe su distrito como un “microcosmos” de EE.UU., ya que abarca desde el condado de Westchester, uno de los más ricos del estado de Illinois y repleto de casas unifamiliares con jardín, hasta algunos de los barrios más pobres de la ciudad de Chicago, como Austin, donde creció Collins.
El distrito también es uno de los más desiguales de todo el país y, en ningún otro lugar de EE.UU., hay unas diferencias tan grandes en términos de esperanza de vida.
“La mayor diferencia está en la esperanza de vida dependiendo de la raza y la clase social. En la parte más cercana al centro de Chicago puedes vivir hasta los 90 años, pero si conduces durante 30 minutos y llegas al barrio de Englewood tu esperanza de vida es de 60 años. Hay una diferencia de 30 años en esperanza de vida en un trayecto de solo 30 minutos”, explica.
La parte más pobre de su distrito, narra, está habitada por aquellos afroamericanos que llegaron a Chicago en el siglo XX huyendo de la segregación de los estados del sur de EE.UU.
“Mis ancestros -recalca- nunca habían imaginado que una de sus descendientes pudiera convertirse en la mujer negra más joven de la historia de Illinois en presentarse al Congreso. Esa es la historia de EE.UU. Esos son mis orígenes y esa es la razón por la que hago lo estoy haciendo”.
Si gana las primarias, Collins tendría casi asegurada la victoria en las legislativas de noviembre porque el distrito 7º de Illinois es uno de los más demócratas de EE.UU.
Y si eso ocurre, Collins también haría historia como la legisladora afroamericana más joven jamás elegida. Chicago (EFE)