Jessie Reyez: “Estoy dispuesta a pagar el precio de sufrir por mis letras”

La cantante Jessie Reyez (Toronto, 1991) dice con su mirada casi tanto como a través de esas letras crudas, honestas y, a veces, dolorosas con las que se han identificado millones de oyentes en todo el mundo y que la han convertido en unas de las figuras R&B del momento en Estados Unidos.

Apenas unas semanas después de haber estrenado su segundo álbum de estudio, titulado “Yessie”, la artista de ascendencia colombiana reconoce a EFE que se encuentra en una etapa vital en la que analiza mucho más su estado mental y que está inmersa en pleno proceso de “curación personal”.

La joven, cuya carrera comenzó versionando canciones populares allá por 2015, consiguió hacerse un hueco en la escena R&B estadounidense y trazar un ascenso meteórico trabajando con estrellas como Eminem, Calvin Harris o Dua Lipa y llegando a abrir la gira de Billie Eilish.

Fama, dinero, focos y fans. Sin duda, Jessie Reyez es una artista de éxito, de mucho éxito, pero “eso”, asegura, “no lo es todo”.

“Antes de la pandemia andaba con una vida muy acelerada y cuando llegó, me dio muy duro. Reparé en traumas que me duraron años y que ni siquiera era consciente de que los tenía, por eso en este álbum se trata de curar y sanar”, explica Reyez.

La lectura del libro “The Power of Now” (1997), del alemán Eckhart Tolle, también le ayudó a reflexionar acerca de su relación consigo misma, con los demás, y le cambió “como mujer y como artista”.

La joven no rehúye ninguna cuestión, está dispuesta a hablar de absolutamente todo y, entre pregunta y pregunta, hace pequeños parones para tratar de encontrar la respuesta que mejor defina cómo se siente actualmente, es decir, el día de la entrevista con EFE.

Y es que Reyez ha entendido que “la felicidad no es lineal” y que la vida constituye un “viaje emocional” en el que seguirá tratando de encontrar el equilibrio.

Este arco narrativo se trasluce a lo largo de los once temas en los que se estructura “Yessie” y a través de los cuales la cantante va avanzando hacia canciones y letras más positivas.

“Sigue quedando alguna tóxica, es normal, pero creo que es evidente que no hay tantos temas pesimistas y que mi mente se ha abierto”, manifiesta Reyez con una media sonrisa.

La honestidad de sus letras ha sido la principal seña de identidad desde los inicios de la canadiense, que asemeja la necesidad de expresar sus sentimientos mediante la música con “haber comido algo envenenado” porque el cuerpo “necesita expulsarlo”.

“Cuando se escribe desde el corazón y con verdad, se nota. Sufrí por amor y por amistades que no me correspondieron, y lo transformé en canciones honestas esperando que el universo me lo devolviera”, argumenta Reyez y apostilla que “uno tiene que elegir por qué quiere sufrir”.

La nominada al Grammy a mejor álbum urbano contemporáneo en 2018 detalla que la inspiración creativa le llega en los momentos tristes, pero asume esa responsabilidad: “Estoy dispuesta a pagar el precio de sufrir por mis letras, por componer canciones honestas”.

 En cuanto a los ritmos y las melodías en los que se siente más cómoda, Reyez se prodiga en géneros como el R&B, soul, pop, hip hop y ‘dance’, aunque ha llegado incluso a usar fragmentos del vallenato propio de Colombia, país del que sus padres son oriundos.

“Hablo español, escucho cumbia y mi cuerpo comienza a bailar. Mis raíces colombianas están ahí, no es algo que tenga que forzar, me sale así de forma natural”, recalca la artista que recientemente ha protagonizado unas de las conocidas sesiones Tiny Desk, emitidas por NPR, el servicio de radiodifusión pública de Estados Unidos.

Ahora, a punto de comenzar una gira internacional con conciertos en América y Europa, la  cantante se muestra feliz por su progreso personal y artístico porque la “Jessie que inició la creación de este disco no fue la misma que lo terminó”. Los Angeles (EFE)

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