La prestigiosa universidad de Harvard anunció que su rectora Claudine Gay permanecerá en su puesto pese a la controversia desatada la pasada semana por sus declaraciones en una audiencia sobre el antisemitismo ante el Congreso de EE.UU.
En esa sesión, y preguntada sobre si llamar al genocidio de los judíos viola las normas de la institución educativa, Gay -primera rectora mujer y negra en la historia de Harvard, en su puesto solo desde julio - respondió que “dependía del contexto”.
La semana pasada la rectora se disculpó en una revista de la propia universidad en la que dijo que “las palabras importan” y que “cuando las palabras aumentan la angustia y el dolor, no puedo entender que sientas otra cosa sino lamentos”.
Tras varios días de controversia, la junta directiva de Harvard anunció la decisión de que Gay permanecerá en su puesto, a pesar de los llamados a su destitución desde instancias políticas y financieras, que fueron contrarrestados con una carta de apoyo firmada por cientos de académicos y estudiantes.
“Nuestras extensas deliberaciones afirman nuestra confianza en que la presidenta Gay es la líder adecuada para ayudar a nuestra comunidad a sanar y abordar los gravísimos problemas sociales que enfrentamos”, anotó la junta de la universidad en un comunicado.
Este texto también apunta que “Gay se disculpó por cómo manejó su testimonio ante el Congreso y se comprometió a redoblar la lucha de la Universidad contra el antisemitismo”.
La sesión en que se produjeron esas declaraciones fue convocada en un contexto de tensión en las universidades por la guerra de Gaza: en numerosos campus se han producido manifestaciones pro palestinas con acerbas críticas contra el Gobierno en Washington por su postura pro israelí, una postura en la que coinciden la mayoría de congresistas, tanto demócratas como republicanos.
Fue una congresista republicana por Nueva York, la “trumpista” Elise Stefanik la que preguntó a las rectoras de tres universidades -Harvard, Massachusetts y Pensetsilvania- sobre si “llamar al genocidio de los judíos viola las normas sobre intimidación y acoso” de dichas universidades.
En su respuesta, Gay aseguró que puede tratarse de una violación del código de conducta de la universidad, pero matizó en varias ocasiones que “dependiendo del contexto”.
Unas palabras que no tardaron en viralizarse y en recibir críticas y condenas por parte de distintas personalidades e instituciones, como es el caso del rabino David Wolpe, quien anunció que renuncia como miembro del grupo asesor sobre antisemitismo de dicha universidad privada en Cambridge (Massachusetts).
La polvareda despertada por esa sesión ya le ha costado el puesto a la rectora de Pensilvania, Liz Magil, que presentó su dimisión el pasado sábado después de que varios donantes amenazaran con retirar su financiación. Nueva York (EFE)