Fernanda Mitchell, sicóloga forense...Sensibilidad y profesionalismo se dan las manos

Por Roberto PELÁEZ

Con la mujer que tengo delante pudiera estar conversando horas, de plática fácil, amable, se trata de una sicóloga forense, apasionada de su profesión.  

“Desde los tres meses de edad, apunta, tuve visa de turismo para entrar a los Estados Unidos... soy de Sonora, México, literalmente al cruzar la frontera me visaron, desde pequeña mis papás nos traían de vacaciones a este país.

“Decido emigrar, continúa, a los 25 años, ya me había graduado en México de Licenciada en Psicología, incluso trabajé cinco años para el gobierno como psicóloga forense y criminal, realizaba test tanto a las víctimas como a los agresores.

“En aquellos momentos la seguridad en mi país estaba tensa -por llamarla de algún modo- y decido iniciar un nuevo capítulo en mi vida, emigrar es difícil, se dejan atrás muchas cosas, pero nos acompañan los recuerdos”, advierte.

“Comienzo a trabajar de niñera en Orange County, California, se trata de una labor hermosa, resalta, pude practicar el inglés por tres años”.

El 2010 trajo consigo cambios en la vida de Mitchell, se muda a Las Vegas, contrae matrimonio, además, “inicio mi trabajo con la comunidad de Las Vegas cómo BST (Basic Skill Trainer) & PSR (PsychoSocial Rehabilitation), comenta, comienzo a percatarme de la falta de recursos en lo concerniente a salud mental.

“Con el paso de los años, abunda, conozco al Dr. Matthew Okeke, quien me brinda la gran oportunidad de crear un centro para niños con necesidades especiales.

“Estaba apunto de terminar mi maestría en Psicología Forense, en Grand Canyon University (Arizona), subraya, y justo en este tiempo mi hijo es diagnosticado con autismo... resulta una gran lección para mi, no sólo como proveedora de salud mental, también como madre de un niño con autismo. 

“Siempre, apunta, recuerdo las palabras del Dr. Okeke: ‘Felicidades, Dios nunca da más de lo que puedas soportar, ahora tendrás un nuevo tacto para ayudar a tu comunidad, enfrentarás lo que otras madres enfrentan, sigue tu instinto maternal’, valoro mucho su apoyo y comprensión.

“Sus palabras, argumenta, pese al tiempo transcurrido, me impulsan para seguir trabajando apegada a mi comunidad, por otro lado mi esposo me dijo ‘Semaj (mi hijo) es perfecto’, y nuestro pequeño es así, como todas las personas con autismo y necesidades especiales son perfectas.  

“Gracias a mis estudios, externa, puedo acercarme un poco más a nuestra comunidad, apoyar, informar y referir a aquellas familias que lo desean; disponemos de ‘Las Vegas Psychiatry & Wellness Center’, donde se les da terapia a niños, jóvenes y adultos jóvenes con necesidades especiales.

Con más de 15 años de experiencia (entre México y los Estados Unidos), la especialista no lo piensa dos veces para ofrecer su criterio en torno a la educación “me ha abierto muchas puertas, sostiene, y a ella -no lo dude nadie- se une la buena actitud, la entrega, los principios de respetar al prójimo, estar siempre presta a aprender de toda situación y de todas las personas, amar lo que uno hace, dar siempre lo mejor.

“Aspiro a tener mi PhD (doctorado) en Neuropsicología, ayudar con terapias adecuadas en edades tempranas, eso incuestionablemente sería un apoyo considerable a la comunidad, asistir a los necesitados reporta gran satisfacción interior”, destaca sonriente.

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