Con el embarazo mi vientre es tan noble como mi corazón: Gabriela Mistral
Muchas mujeres esperan un bebito, y siempre son importantes los cuidados de belleza que ese momento trascendental requiere.
Indudablemente se ha escrito y platicado mucho sobre esto, pero sin dudas lo relevante es seguir las indicaciones del médico; es conveniente poner a un lado ese consejo: “debes comer por dos”. No, el comer por dos representa sólo un cúmulo de grasa en ciertas partes del cuerpo, que, cuando el bebé nazca, no harán más que afear la silueta sin beneficio para nadie.
De seguro el doctor va a recomendar una dieta sana, compuesta en gran medida por frutas y vegetales, poca sal, además de actividad física; cuando la embarazada tenga hambre -cosa natural en esa etapa-, es preferible que coma una fruta o tome un jugo natural ante que un dulce o un helado.
El bebé sabe elegir lo que le es más conveniente, va a aprovechar el calcio y otros elementos básicos, dejando a la madre la grasa. Es preferible no creer en eso de los ‘antojos de embarazada’. Mucho cuidado con la nutrición.
Lamentablemente la frase antes mencionada se repite de generación en generación, cuando lo ideal es comer sano, realizar algunas actividades físicas, sobre todo caminar.
De seguro el médico indicará frutas, verduras, poca grasa, comer bajo de sal, y eso sí, no descuidar la ingestión de calcio... seguir al pie de la letra el criterio médico resulta en extremo importante.
Cuando tengas mucha hambre -lo que sucede con frecuencia durante el embarazo- en vez de tomarte un helado (nieve) o comerte un dulce, opta por una fruta, apela a un jugo.
Ya se sabe que el feto, como el bebé, saben elegir, de lo que ingieras te dejará la grasa, y eso es lo que después va a afear tu figura, a hacerla menos atractiva.
Muchas mujeres han aprovechado el ‘fantasma del antojo’ para ser el centro de atención de su esposo, de algunos familiares y amigos... “me comería esto, o prefiero aquello, lo de más allá no lo soporto, quiero tal comida...”.