Eugenia... Cuando el trabajo tiene nombre de mujer

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Por Roberto PELÁEZ

La mujer que tengo ante mi es el trabajo personificado, la constancia y dedicación para hacer realidad sus propósitos, una entrega a prueba de obstáculos.

Oriunda de El Salvador, hija de madre soltera, con tres hermanos, luego de terminar el bachillerato decide viajar a los Estados Unidos en busca de una vida mejor, salir adelante, ayudar a su familia.

“Desde hace 15 años vivo en esta gran nación, apunta, siempre en Las Vegas, y comprendo que la fórmula para progresar, poder ayudar a quienes quedaron detrás, pasa por el trabajo, la seriedad, el empeño que una ponga en progresar.

“Durante casi todo el tiempo que resido en Estados Unidos, en Las Vegas, tengo dos trabajos, a veces en restaurantes de comida rápida, otras en restaurantes chinos, pero siempre, fíjese, siempre con dos trabajos”, resalta con el rostro serio.

“Como bien dicen, este es un país de posibilidades, pero es necesario trabajar, y hacerlo sin mirar el reloj, echarle todas las ganas, además de actuar con responsabilidad por ejemplo a la hora de vivir con respeto a las leyes, declarar los impuestos.

“Creo que aparte del trabajo, del intenso trabajo, es muy importante disfrutar lo que una hace, esmerarse en brindar un producto de excelencia y calidad, que la gente se vaya contenta con lo que se le brinda y sobre todo quede en los clientes el deseos de volver”, comenta Tejeda.

“Mire, soy de la opinión de que los migrantes son personas con mucho valor, hace falta ser valiente para dejar la tierra de los padres, donde una nace,  dejar atrás a la familia, los amigos, la cultura, para enfrentarse a lo desconocido, a otro idioma, otras tradiciones, una cultura diferente”, argumenta.

“Si una da ese paso, decide irse a otro país, en este caso a los Estados Unidos, entonces hay que respetar las leyes, tratar de aprender el idioma, y por supuesto, trabajar para tener una vida mejor, distinguirse por la seriedad, hacer valer su prestigio... impresionar gratamente a los dueños de los diferentes empleos y a los clientes”, sostiene.

Madre de un varón de 22 años y una niña de tres, tiene un elevado concepto de la educación, “es importante ir a la escuela, aprender, leer, empeñarse en aprovechar el tiempo... todo lo que una aprende es válido para el presente y el futuro; me alegra ver que cada año es mayor el número de hispanjos que consigue ir a la universidad.

“Muchos hispanos, abunda, comprenden que los mejores trabajos, los mejores salarios son para las personas más educadas, las que van a la universidad, sin embargo es bueno dejar sentado que esos graduados también deben trabajar, cumplir, hacer las cosas bien, velar por su prestigio, la calidad de lo que hacen.

“Creo que podemos hacer realidad todo lo que nos propongamos, que equivale decir hacer realidad los sueños, pero recuerde la fórmula, trabajo fuerte, entrega, dedicación, aprender a administrar la economía”, apunta.

“Por otro lado, añade, ayudo a mi familia, más que todo gracias al trabajo, no olvido mis raíces, mantengo excelentes relaciones con personas de la comunidad hispana, sin importar la nacionalidad, con los funcionarios del consulado salvadoreño”, expresa.

 

Dada la proximidad del ‘Día Internacional de la Mujer’ (8 de marzo) sirva esta entrevista a una mujer ejemplar, que lo debe todo al trabajo que sale de sus manos, para hacer extensiva la felicitación a cada una de ellas, en nombre del semanario El Mundo.

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