Entre lecciones de inglés y computación... Olga

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Por Rafael ROMERO

Siempre defiendo eso de que nunca es tarde para aprender, escucho los comentarios de mis hijos, de algunas amistades, pero sigo en lo mío, tomo clases de inglés y computación, señaló a El Mundo Olga Rodríguez, oriunda del Distrito Federal, en México, y asentada en los Estados Unidos desde hace más de 35 años.

Hija de Ignacio y Juana, con ocho hermanos, estudia en México secretariado, específicamente mecanografía, apuntó, y al graduarme trabajo alrededor de tres años... entonces era muy rápida en eso de escribir a máquina, abundó, me contaban más de 120 palabras por minuto, dijo con cierto orgullo.

Puedo decir que tenía un trabajo bueno, bien pagado, en México, pero comprendo que debo venir en busca de nuevos horizontes, de un mejor futuro, explicó; no quería que pasaran los años y seguir de secretaria, acotó.

Como muchos inmigrantes vengo sobre todo por una vida mejor, de más posibilidades para los hijos, aquí ellos si estudian tienen su futuro asegurado.

Vivo y trabajo por 14 años en California, rememoró, después vengo a Las Vegas, y por muchos años estoy en casinos, como recamarera, es una labor fuerte, que exige hacer las cosas bien para evitar dolores y lesiones, agacharse, halar las sábanas, mover los colchones, limpiar habitaciones y baños, trabajar con químicos, precisó.

Ya retirada, dijo, si antes apenas tenía tiempo, pues comienzo a estudiar, sobre todo inglés y la historia de los Estados Unidos, me someto al examen para la ciudadanía de este país y apruebo.

Me doy cuenta de que tengo que aprovechar el tiempo, sostuvo, leo mucho, veo en el periódico El Mundo una convocatoria para aprender gratis computación y enseguida matrículo y me incorporo a las clases, significó.

Hoy todo es muy rápido, se hace en la computadora, destacó, es muy útil, cuando una domina lo básico, pues se le hace más cómoda la vida, paga sus biles, hasta para comprar un pasaje sin moverse de casa, además, conoce al maestro, a otros alumnos, comparte con ellos, abundó.

Durante la conversación Rodríguez dejó sentado que hace muchos años escuchaba música romántica, seguía mucho a los ‘Pasteles verdes’, a Juan Gabriel, era otra época, con unas canciones que se podían escuchar, unas letras muy bonitas... a veces me sorprendo tarareándolas, apuntó sonriente, se podía bailar “cachete con cachete”, y vuelve a sonreír.

También se refirió a la comida mexicana, mencionó lo antojitos, los tamales, las tortillas, quesadillas, huaraches... me gustan, aseguró.

 

De sus cinco hijos: Jessica, Carlos, Sergio, Vanessa y Diana, señaló que sólo la más pequeña estudia, los otros trabajan, sé que casi no tienen tiempo, pero reitero, hay que hacer el tiempo, sacrificarse, porque, ya le dije, cualquier edad es buena para aprender, y me siento muy contenta con mis clases de computación e inglés.

 

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