Dunia Camacho Marenco, una mexicana con síndrome de Down, acumula a sus 33 años más de 500 medallas, unas 50 en competencias internacionales, además de cuatro récord Guinness, por hacer lo que más ama: nadar
“En la alberca (piscina) me siento feliz, contenta, me siento libre. Siento mucha emoción”, comenta Dunia a Efe mientras presume del arsenal de medallas que guarda como un tesoro de valor incalculable, al tiempo que recuerda que este lunes se conmemora el Día Mundial del Síndrome Down.
Dunia es el orgullo de Guadalupe Marenco, su madre, quien asegura que a su hija no le definen sus rasgos físicos, sino la capacidad y el talento que ha mostrado desde que por primera vez se sumergió en una piscina.
“Empecé a nadar a los 8 años”, cuenta Dunia, sonriente, mientras se abraza de su madre, quien dice, ha sido junto con su abuela, el mayor apoyo en su carrera deportiva.
UNA CONDICIÓN POCO ENTENDIDA
Guadalupe reconoce que cuando su hija nació, el diagnóstico la tomó por sorpresa pues tenía ideas preconcebidas respecto al síndrome de Down.
“Estaba muy mal influenciada y cuando me informa el médico me dio mucha angustia, no sabía cómo la ayudaría (a su hija)”, dice.
El síndrome de Down es un trastorno genético que hace que las personas tengan tres copias del cromosoma 21, en lugar de 2. De ahí que también se le conozca como “Trisomía 21”.
“No es una enfermedad, sino una condición, y es importante acabar con la visión segregacionista y promover la inclusión”, afirma Aída López Hernández, licenciada en educación especial y especialista en atención a personas con capacidades diferentes.
De acuerdo con el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias, la incidencia de esta condición en México es de 1 de cada 691 nacimientos y la mayor incidencia se da entre mujeres que se embarazan después de los 35 años.
“Sin embargo, la edad no es un factor determinante, ya que al ser una cuestión genética ahora se sabe que puede ocurrir en cualquier embarazo”, precisa López Hernández.
ALTO RENDIMIENTO
Pese a que en 1988, año en que nació Dunia, predominaba la idea de que los niños con síndrome de Down no podían llevar una vida como la de cualquier otro niño, Guadalupe optó por romper esquemas y buscó la manera de hacer de la pequeña una persona igual a las demás.
Por ello, acudió a una institución especializada donde Dunia recibió terapias, las cuales, dice López Hernández, “son fundamentales” para mejorar su tono muscular, estimular su desarrollo cognitivo y su lenguaje.
Fue ahí donde Dunia fue invitada por el presidente de la Asociación de Deportistas Especiales, quien tenía también una hija con síndrome de Down, a realizar actividad física.
Dunia se enamoró de la piscina de inmediato. En poco tiempo empezó a competir en pequeños eventos y en 2006 acudió a su primera competición internacional en Irlanda.
Entre 2001 y 2010 logró permanecer invicta como Campeona Paralímpica Nacional Síndrome de Down.
Ha participado en campeonatos internacionales y mundiales en Irlanda, Portugal, Italia, Taiwán, México, Canadá, Colombia y Venezuela.
En 2018, ganó nueve medallas (siete de oro y dos de plata) e impuso una marca mundial en el noveno Campeonato Mundial de Natación de Deporte Adaptado para atletas con Síndrome de Down en Nueva Escocia, Canadá.
Durante ese torneo, estableció récords mundiales en 200, 800 y 1.500 metros libres, y en dos categorías de relevos cortos.
En 2021, logró conquistar cuatro títulos de récord de Guinness World Récords por los cursos cortos más rápidos de 200, 700 y 1.500 metros libres de natación estilo libre y el curso largo más rápido de 1.500 metros de natación estilo libre.
FALTA RECONOCIMIENTO
Pese a todos los logros, Dunia no ha tenido el camino fácil, especialmente por la falta de apoyos económicos para desarrollar su deporte.
Guadalupe ha tenido que buscar los apoyos, o a veces ayudarla con recursos propios, para que asista a las competencias.
“Los atletas mexicanos (convencionales) conforme a sus logros tienen derechos. (Pero a atletas con síndrome de Down) no les dan oportunidad, hay muchos que son atletas de alto nivel”, dice Guadalupe.
Afortunadamente, familiares, amigos y hasta políticos que han conocido el trabajo de Dunia han brindado apoyo para que asista a sus competencias, aunque Guadalupe pide que las autoridades deportivas en México reconozcan los casos de éxito como el de su hija.
“No ha habido financiamiento, lo he tenido que financiar yo”, lamenta Guadalupe, quien también pide que el Comité Paralímpico Internacional incluya la categoría de síndrome de Down para que atletas como su hija acudan a unos Juegos Paralímpicos y muestren su talento.
Para el futuro Dunia tiene como objetivo poder viajar en 2024 a Turquía para el “2nd Trisome Games 2024 Antalya, Turquía” y espera que el Comité Paralímpico Internacional ya no ponga trabas a los atletas de síndrome de Down para participar en las próximas competencias en los Juegos Paralímpicos de París. México (EFE)